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El Camino Real de Tierra Adentro comprende cinco sitios ya inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y otros 55 sitios más distribuidos a lo largo de 1400 de los 2600 km de esta larga ruta que parte del norte de México y llega hasta Texas y Nuevo México, en Estados Unidos. Utilizado entre los siglo XVI y XIX, este camino servía para transportar la plata extraída de las minas de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, así como el mercurio importado de Europa. Aunque su origen y utilización están vinculados a la minería, el Camino Real de Tierra Adentro propició también el establecimiento de vínculos sociales, culturales y religiosos entre la cultura hispánica y las culturas amerindias.
En este museo de sitio pueden apreciarse litografías que reproducen pinturas rupestres con una antigüedad aproximada de tres mil años.

El Camino Real de Tierra Adentro fue, durante 4 siglos, una especie de columna vertebral geográfica y cultural. Aunque su origen se vincula a la minería, propició el establecimiento de vínculos sociales, culturales y religiosos entre la cultura hispánica y las culturas amerindias del norte.

El paisaje cultural de la Villa Histórica de Guanajuato y sus Minas Adyacentes comprende una colección extraordinaria de edificios Neoclásicos y Barrocos así como infraestructura industrial para una extensa mina de plata dispuestos en un paisaje notable de colinas y valles profundamente sinuosos a una altitud de 2,084 metros.

En el siglo XVI y para proteger la Ruta Real de carreteras hacia el interior, se estableció esta ciudad fortificada que llegó a su apogeo en el siglo XVIII, época en que fueron construidos en estilo barroco mexicano muchos de sus edificios cívicos y religiosos más emblemáticos.
Este museo hace un recorrido por la historia de Comonfort, Guanajuato, y su pasado indígena, el cual está plasmado en el trazo de las calles, las fiestas populares y las tradiciones.

Una de las ciudades más complejas de la región, en las estribaciones sureñas de la sierra de Pénjamo, sobresale por su integración al paisaje (se edificó cuidadosamente para no romper la armonía del entorno). Plazas, palacios, esculturas y miles de espléndidos petrograbados esperan al visitante.

Es uno de los sitios más grandes del Bajío (330-750) y aún sigue siendo un misterio la procedencia étnica del pueblo que lo habitó. Posee magníficas estructuras, muchas de índole ceremonial.
Los vestigios que se conservan en Mineral de Pozos revelan la riqueza derivada de la actividad minera que la caracterizó en el pasado. Sus calles empedradas resguardan edificaciones coloniales de valor histórico y gran belleza.