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Para entrar al núcleo de este antiquísimo sitio, se cuenta con un espacio de información y explicación que remonta las referencias a quince siglos antes de nuestra era. El agua y el sol definían el comportamiento de los habitantes primigenios, y sus monumentos denotan esa fascinación.

Amplio espacio de exhibición que facilita la visita a la majestuosa Tenam Puente, pues su colección fotográfica y el plano topográfico, elaborado por los arqueólogos, permiten comprender la grandeza de los edificios, escalinatas, terraplenes y templos de esta zona arqueológica maya.

La última casa de don Miguel Hidalgo, de la que salió para encabezar la primera fase de la Guerra de Independencia. Objetos personales del prócer, armas y documentos de entonces, reproducciones de retratos, litografías y libros que le pertenecieron, más una ambientación cuidadosa de época.

Ocupa la que fuera casa de don Ignacio Allende y sus padres: una acaudalada familia de fines del Virreinato. A través de objetos originales, préstamos de importantes museos nacionales y recursos modernos, presenta una amplia semblanza del héroe y de la historia de la Guerra de Independencia.

El maya se habla en todos los estratos sociales de la península de Yucatán. Los mayas están presentes hoy, ayer y en un pasado remoto. Este museo explica su larga y continua historia con numerosos ejemplos: escultura, cerámica, vivienda, el calendario, el trabajo, la escritura, las ideas.

La hermosa capilla a la Virgen, la casa del capellán, un cuartel militar y cuatro baluartes integran esta rara y airosa construcción elevada, en que se muestra, en siete salas, el papel que tuvo en las guerras de Independencia, Reforma, Intervención y Revolución.

"Las armas nacionales se han cubierto de gloria", inscribió en su parte de guerra el general Zaragoza, comandante de los destacamentos de campo raso y de los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Este último inmueble da cuenta de su propia historia, así como de la Batalla del Cinco de Mayo y del triunfo de la República.

Primera ciudad de los chichimecas en el Valle de México, antes de asentarse en Texcoco, con una impresionante pirámide de dos templos en la cima (para Tláloc y Huitzilopochtli), inspiración del Gran Teocalli tenochca. Su museo reconstruye la urbe y narra su historia desde el siglo XII.

Los dueños de la turquesa, los poseedores del calendario, los amos del tiempo. Así se nombraban los moradores de esta antigua ciudad, que llegó a regir la Costa Grande del actual Guerrero, influida por los olmecas y teotihuacanos, como lo muestran su fina cerámica y sus obras hidráulicas.

Un pequeño museo de tres salas que atesora muestras escultóricas del sitio arqueológico de San Lorenzo Tenochtitlan, obras maestras que fueron legadas a la posteridad por la gran ciudad olmeca que se localizó a orillas del río Coatzacoalcos, hace 3,200 años.