Patrimonio inmaterial

Lugares relacionados

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Desde el siglo XVIII  tiene lugar del 4 al 23 de enero de cada año la tradicional Fiesta Grande de Chiapa de Corzo en el estado de Chiapas. Música, danza, artesanía, gastronomía, misas y diversiones forman parte de una festividad en honor de Nuestro Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián, siendo especialmente honrado este último. Los Parachicos (término con el que se designa a la vez a los danzantes y al tipo de baile que ejecutan de la mañana a la noche) recorren todo el pueblo llevando las imágenes honradas y visitando diversos lugares de culto. Los dirige el Patrón, máxima autoridad de los Parachicos, quien porta una máscara de expresión severa, una guitarra y un látigo, y toca el pito acompañado por uno o dos tamborileros, mientras que el resto de los Parachicos mueve sus chinchines. Durante la danza, el Patrón entona loas a las que los Parachicos responden con vivas.

La ceremonia ritual de los Voladores
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La ceremonia ritual de los voladores es una danza asociada a la fertilidad practicada por diversos pueblos indígenas de México y Centroamérica —entre ellos los totonacas, teenek, nahuas, ñañhus y mayas— aunque su valor más representativo y emblemático se concentra en el Totonacapan, Veracruz, región vinculada históricamente con la ciudad prehispánica de El Tajín.

Lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán: la Peña de Bernal, guardiana de un territorio sagrado
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Todos los años, los pueblos de ascendencia otomí-chichimeca asentados en la zona semidesértica del estado de Querétaro, en el centro de México, acuden al triángulo simbólico que forman la Peña de Bernal y los cerros del Zamorano y el Frontón. Avanzan en peregrinación portando imágenes religiosas y, con ritos acompañados de danzas y música, invocan la lluvia y la protección divina, veneran a sus antepasados y garantizan la continuidad de su comunidad. El resto del año realizan ceremonias en capillas familiares o en altas estructuras perecederas “chimales” - imponentes estructuras temporales construidas con carrizo y recubiertas de plantas silvestres, que son ofrendas y símbolos de la resistencia, la vitalidad y sentimiento identitario de la comunidad- que exaltan la resistencia e identidad de sus etnias.

Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos
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Cada año al finalizar el ciclo anual del maíz, las comunidades indígenas de México celebran con fiestas el Día de los Muertos, el retorno transitorio de las almas de sus ancestros a la Tierra, una ceremonia que reafirma el papel de los individuos en la sociedad y refuerza el estatus sociopolítico de las etnias. En días específicos, esparcen pétalos de flores y colocan velas y ofrendas de la casa al cementerio, al tiempo que ofrendan alimentos en altares y tumbas adornados con flores, objetos simbólicos y siluetas de papel. El trasfondo simbólico y los ritos religiosos de estas fiestas están asociados a creencias prehispánicas y europeas.