Durante la Intervención francesa, en Acuitzio del Canje fue donde ocurrió el intercambio de prisioneros belgas y franceses por mexicanos. En la actualidad es un pueblo que se distingue por su antigua iglesia y su tradicional fiesta patronal en honor a San Nicolás Tolentino celebrada durante los primeros días de septiembre.

El quinto convento agustino de Michoacán, erigido en 1550 con toda la apariencia de una fortaleza, para evangelizar a los tarascos y formar a sus pastores. Grandes maestros y alumnos salieron del soberbio edificio. Restaurado a conciencia, es sede de exposiciones sobre el arte de imprimir.

La sede del Colegio de San Nicolás Obispo en 1540, obra de Vasco de Quiroga, muestra las asombrosas artesanías michoacanas: alfarería, cobre, piedra, madera, maque (laca) de Uruapan, lacas de Quiroga, perfilado de oro de Pátzcuaro, telar de cintura, telar de pedal, bordado, laudería y más.

Ciudad de cantera rosa estructurada en torno a su catedral. Conserva la traza del siglo XVI, el carácter conventual del siglo XVII y su imponente acueducto del siglo XVIII. Lleva en su nombre el orgullo de haber sido cuna de José María Morelos y Pavón, uno de los líderes del movimiento independentista de México.

Capital lacustre de los purépechas y su vasto imperio libre, tenía 30,000 habitantes a la llegada de los españoles. Fundada hace ocho siglos, fue sede de la dinastía Uacúsecha. Queda como legado la Gran Plataforma con sus impresionantes yácatas, una de las estructuras más voluminosas de Mesoamérica.

Sitio purépecha de 1,600 años de antigüedad que, tras su abandono, se utilizó por siglos como cementerio sagrado. Así lo demuestran los restos de 120 jerarcas, servidores y sacrificados, sus ricas ofrendas, las ruinas de los edificios y las piedras del vecino Convento de Santa María Magdalena de Cuitzeo.

Asentamiento anterior al apogeo del señorío tarasco, muy influido por Teotihuacán. Grandes plataformas, un juego de pelota, múltiples cuartos y tumbas con ricas ofrendas hablan de la vida de este pueblo. Localizado entre Pátzcuaro y Uruapan, aún guarda muchos secretos por descubrir.