Como continuación de la ventana anterior, ésta muestra otra parte de la escalinata del Templo de Tezcatlipoca, acompañada por un brasero.
Museo de Arte de la SHCP. Antiguo Palacio del Arzobispado Ventana 3
A finales del siglo XX, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología llevó a cabo trabajos de remodelación en el Antiguo Palacio del Arzobispado, hoy Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Este trabajo generó ciertas afectaciones al inmueble, por lo que la Subdirección de Salvamento Arqueológico, a través de los arqueólogos Guadalupe de la Peña Vilchez, Judith Padilla Yedra y Pedro Francisco Sánchez Nava, realizó una investigación y salvaguarda del patrimonio en 1987.
Gracias a esta labor se identificó un muro en talud del primer cuerpo arquitectónico del Templo de Tezcatlipoca por sus lados norte y este. El 1 de julio de 1988, en el patio anexo debajo de una fuente ovalada, se encontró una escultura monolítica, un Temalácatl pintado de rojo con la representación, sobre el canto, de once triunfos de Moctezuma Ilhuicamina sobre otros pueblos, y de una deidad solar en la parte superior. En su centro presenta una oquedad donde pudo haber estado una argolla a la que ataban a los prisioneros antes de enfrentarse a los guerreros mexicas. Este tipo de sacrificios gladiatorios eran efectuados en honor a Xipe, el Tezcatlipoca rojo.
En 1994, los arqueólogos Laura del Olmo Frese y Diego Jiménez Badillo, del Programa de Arqueología Urbana, delimitaron los lados oeste y sur del templo de Tezcatlipoca. Esta intervención confirmó que la fachada y la escalinata de acceso se ubican al oeste.
El INAH decidió abrir seis ventanas arqueológicas para que el público pueda conocer estos vestigios prehispánicos, además de algunas evidencias arquitectónicas novohispanas.
La tercera ventana se localiza en un cuarto rectangular anexo al patio central porticado. Está en el mismo eje de la ventana anterior y muestra la continuación de la escalinata del edificio mexica y su límite norte, donde presenta una alfarda en talud y remate en la parte superior por un dado arquitectónico. En la superficie superior de la alfarda, se colocó un brasero que al parecer no proviene de las excavaciones realizadas en el inmueble. En este espacio se encuentran también una escultura en forma de portaestandarte, un clavo arquitectónico en forma de cráneo, un monolito rectangular que representa puntas de proyectil y un espejo de obsidiana.
Fuente: Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana