A un costado del Palacio Nacional de encuentra el Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Se cree que el inmueble que lo aloja fue el Tlillancalco, sitio que Moctezuma Xocoyotzin usaba para meditar.

Entre 1570 y 1572, Miguel Martínez construyó la Casa de Moneda de la Nueva España; para 1731, las instalaciones eran insuficientes, por lo que Nicolás Peinado y los arquitectos Pedro Arrieta y Miguel de Herrera elaboraron una propuesta para modificar estructuralmente el edificio, misma que fue aprobada y realizada en 1734.

A partir de 1850, el edificio pasó por diversos usos: sede de un cuartel de guardia de los supremos poderes del Ministerio de Hacienda y de la Suprema Corte de Justicia, bodega de la Biblioteca y del Archivo de la Universidad, funcionó como correo y como sede del Departamento de Estadística, de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, del Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, del departamento de fotografía de la Secretaría de Guerra, cuartel de bomberos y de Talleres Gráficos de la Nación.

Fue hasta 1866 que Maximiliano de Habsburgo instauró en este inmueble el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia, y ordenó el traslado de la colección histórica y natural del Museo Nacional que se encontraba en la Real y Pontificia Universidad de México.

En 1909 se creó el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, el que se exhibieron la Coatlique y la Piedra del Sol. En 1942 se convirtió en la Escuela Nacional de Antropología y dos años después, finalmente, en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo.

Gracias una restauración arquitectónica, entre 2004 y 2011, la Dra. Elsa Hernández Pons llevó a cabo un proyecto arqueológico de investigación que resultó en la apertura de siete ventanas arqueológicas.

Las primeras cuatro ventanas se localizan en la Sala de Sitio ubicada a la izquierda de la entrada del museo. La primera ocupa un espacio de 4 m de longitud por 1.50 m de ancho, en el cual se aprecian los restos de una calle de lajas de piedras de basalto que delimitaba el Palacio de Moctezuma Xocoyotzin y el recinto sagrado de Tenochtitlan, además algunos muros que pertenecen a tres etapas constructivas diferentes: al parecer pertenecieron a las Casas Nuevas de Moctezuma II y formaron parte de la fachada principal de la primera y la segunda Casa de Moneda. En cuanto a los cimientos, se puede observar una plataforma del Palacio de Moctezuma Xocoyotzin, mismo que se reutilizó para el desplante de la primera Casa de Moneda. También se observan otros vestigios de la antigua Casa de Moneda y de sus diversas modificaciones ocurridas entre los años de 1731 y 1734 como el desagüe en un muro del siglo XVI, el cual desembocaba en la calle.

Fuente: Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana