El Camino Real de los Tejas fue una de las principales rutas de comunicación y comercio entre el centro del virreinato de la Nueva España y la región de Texas, desempeñando un papel clave en la expansión del territorio novohispano y en el desarrollo de asentamientos a lo largo de su trayecto.
Camino Real de los Tejas
Su origen se remonta al siglo XVII, cuando las autoridades españolas establecieron un sistema de caminos que facilitaba el tránsito de personas, mercancías y correspondencia entre la Ciudad de México y la frontera noreste del virreinato.
Este camino se extendía hasta la actual Natchitoches, en el estado de Luisiana, Estados Unidos. A lo largo de su recorrido, se fundaron villas, misiones, presidios y pueblos, configurando el paisaje cultural de la región.
El Camino Real de los Tejas fue fundamental en la evangelización de los pueblos indígenas del noreste, la difusión de las culturas española y tlaxcalteca, el comercio de bienes como ganado, cuero y grana cochinilla, así como en los conflictos entre las potencias coloniales de la época. Durante los siglos XVIII y XIX, la ruta fue testigo de expediciones militares, movimientos de resistencia indígena y del proceso de independencia de México y Texas.
Actualmente, la sección del camino ubicada en territorio estadounidense es reconocida como Ruta Histórica Nacional (National Historic Trail) y forma parte del legado cultural compartido entre México y su vecino del norte. Sus vestigios, visibles en antiguos tramos de camino, edificaciones coloniales y tradiciones locales, permiten reconstruir la historia de una vía fundamental en la configuración del noreste de la Nueva España.
El rescate y preservación de este patrimonio arqueológico, histórico y cultural ha representado una oportunidad de cooperación binacional entre investigadores, organismos civiles, instituciones académicas y culturales, así como la población y los gobiernos estatales.