Ex Convento de Santa María Magdalena Cuitzeo
El quinto convento agustino de Michoacán, erigido en 1550 con toda la apariencia de una fortaleza, para evangelizar a los tarascos y formar a sus pastores. Grandes maestros y alumnos salieron del soberbio edificio. Restaurado a conciencia, es sede de exposiciones sobre el arte de imprimir.
Local
Sobre el Museo
Uno de los conventos del siglo XVI mejor conservados en nuestro país, guarda casi del todo sus espacios originales. El INAH restauró en 2004 sus techos, muros, pinturas, cuadros, esculturas y libros, con el apoyo del gobierno federal, el michoacano, el municipal cuitzeño y la asociación civil moreliana “Adopta una Obra de Arte”.
Cuitzeo fue antigua cabecera de poblaciones de la llamada cultura de Chupícuaro, y tributario del señorío Purépecha hacia el año 1500. Se ubica en el centro norte de Michoacán, en la prolongación peninsular de la falda del cerro de Manuna (“lucero de la tarde” en tarasco), que se adentra en la laguna de Cuitzeo.
Los agustinos llevaron a cabo la labor de cristianizar y transformar la economía en esta región. Hacia 1548 don Vasco de Quiroga concedió el priorato del futuro convento al padre fray Francisco de Villa Fuerte, encargado de la fundación religiosa del lugar. El fraile era un experto misionero; él y fray Miguel de Alvarado lograron consolidar y ampliar la evangelización iniciada por el franciscano fray Juan de San Miguel, e iniciaron la construcción de la iglesia, el convento y la reestructuración del hospital (la capilla de indios), con lo que al mismo tiempo empezaron la nueva traza urbana del pueblo indígena. Ejecutó la construcción fray Diego de Chávez con intervención de Pedro de Toro, siempre con nutrida y muy hábil mano de obra tarasca. Es importante mencionar la delicadeza y suntuosidad que imprimía la orden agustina en sus monasterios, decorándolos de bellas pinturas en muros y bóvedas.
El antiguo convento de Santa María Magdalena consta de templo, convento, atrio y huerto. La decoración de la fachada del templo es estilo plateresco (en él predominan las líneas rectas y la ornamentación es sencilla), denominación que se daba en Europa al trabajo artístico de la orfebrería en plata. Distinguen ese portal sus refinadas columnas que simulan candelabros, su labrado de piedra que representa una tenue vegetación y ralas enredaderas, sus ángeles y corazones en completa armonía, así como su sobrio equilibrio. La portada tiene un arco de medio punto (media circunferencia); en el vitral del segundo nivel, la ventana del coro, se representa a María Magdalena lavando los pies a Jesús, y en el centro del arco (la piedra clave) se distingue un escudo con el corazón del Redentor encima de los tres clavos de la Cruz atravesados como estrella, símbolo de los agustinos.
En el último cuerpo de la fachada, un nicho cobija la escultura de santa María Magdalena. En los costados se encuentran dos escudos coronados con diadema indígena y plumas, y muestran en sus cuarteles unos jarrones o tinajas y unos pelícanos, lo cual se relaciona, por una parte, con el nombre del lugar, ya que Cuitzeo en tarasco significa “lugar de tinajas sobre el agua”, y por la otra, con las propias aves que poblaban la laguna, además de ser el pelícano (que llega a alimentar sus pollos con su propia sangre maternal) símbolo del Espíritu Santo y de la Madre Iglesia. En el último remate se observa al centro otro escudo con el águila bicéfala de los Austrias (Carlos V, Felipe II...), con las picudas cabezas haciendo reverencia y el corazón de Jesús al centro. El templo es de una sola nave con bóveda de cañón y torre campanario.
En toda esta decoración tallada en la piedra, en todo este relieve, sobresale la precisión y buen dominio de los artífices indígenas, su maestría, que habían alcanzado antes de llegada de los españoles.
Cuitzeo fue antigua cabecera de poblaciones de la llamada cultura de Chupícuaro, y tributario del señorío Purépecha hacia el año 1500. Se ubica en el centro norte de Michoacán, en la prolongación peninsular de la falda del cerro de Manuna (“lucero de la tarde” en tarasco), que se adentra en la laguna de Cuitzeo.
Los agustinos llevaron a cabo la labor de cristianizar y transformar la economía en esta región. Hacia 1548 don Vasco de Quiroga concedió el priorato del futuro convento al padre fray Francisco de Villa Fuerte, encargado de la fundación religiosa del lugar. El fraile era un experto misionero; él y fray Miguel de Alvarado lograron consolidar y ampliar la evangelización iniciada por el franciscano fray Juan de San Miguel, e iniciaron la construcción de la iglesia, el convento y la reestructuración del hospital (la capilla de indios), con lo que al mismo tiempo empezaron la nueva traza urbana del pueblo indígena. Ejecutó la construcción fray Diego de Chávez con intervención de Pedro de Toro, siempre con nutrida y muy hábil mano de obra tarasca. Es importante mencionar la delicadeza y suntuosidad que imprimía la orden agustina en sus monasterios, decorándolos de bellas pinturas en muros y bóvedas.
El antiguo convento de Santa María Magdalena consta de templo, convento, atrio y huerto. La decoración de la fachada del templo es estilo plateresco (en él predominan las líneas rectas y la ornamentación es sencilla), denominación que se daba en Europa al trabajo artístico de la orfebrería en plata. Distinguen ese portal sus refinadas columnas que simulan candelabros, su labrado de piedra que representa una tenue vegetación y ralas enredaderas, sus ángeles y corazones en completa armonía, así como su sobrio equilibrio. La portada tiene un arco de medio punto (media circunferencia); en el vitral del segundo nivel, la ventana del coro, se representa a María Magdalena lavando los pies a Jesús, y en el centro del arco (la piedra clave) se distingue un escudo con el corazón del Redentor encima de los tres clavos de la Cruz atravesados como estrella, símbolo de los agustinos.
En el último cuerpo de la fachada, un nicho cobija la escultura de santa María Magdalena. En los costados se encuentran dos escudos coronados con diadema indígena y plumas, y muestran en sus cuarteles unos jarrones o tinajas y unos pelícanos, lo cual se relaciona, por una parte, con el nombre del lugar, ya que Cuitzeo en tarasco significa “lugar de tinajas sobre el agua”, y por la otra, con las propias aves que poblaban la laguna, además de ser el pelícano (que llega a alimentar sus pollos con su propia sangre maternal) símbolo del Espíritu Santo y de la Madre Iglesia. En el último remate se observa al centro otro escudo con el águila bicéfala de los Austrias (Carlos V, Felipe II...), con las picudas cabezas haciendo reverencia y el corazón de Jesús al centro. El templo es de una sola nave con bóveda de cañón y torre campanario.
En toda esta decoración tallada en la piedra, en todo este relieve, sobresale la precisión y buen dominio de los artífices indígenas, su maestría, que habían alcanzado antes de llegada de los españoles.
Septiembre 1974
Mapa
Información práctica
Martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
$75.00 pesos
Morelos 20 Sur lado oriente del jardín principal, Municipio de Cuitzeo, C.P. 58840, Cuitzeo, Michoacán, México.
Se ubica en el centro de la ciudad de Cuitzeo del Porvenir, municipio de Cuitzeo.
Se encuentra a 20 minutos de Morelia rumbo a Salamanca.
Se encuentra a 20 minutos de Morelia rumbo a Salamanca.
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+52 (455) 357 0175
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