
Ateneo Peninsular, pensamiento superpuesto
Sala
Nos encontramos en el Ateneo Peninsular, testimonio de las transformaciones sociales del Yucatán contemporáneo, le antecedió en espacio físico, el Palacio Episcopal. Construido en el siglo XVI en lo que fuera una de las plazas del recinto ceremonial y administrativo de T´Ho, ciudad capital maya en tiempos de la conquista.
Se convirtió en cabecera del poder religioso de la iglesia en la península durante casi cuatro siglos. Hasta 1915, el Ejército Constitucionalista incautó el edificio y sobre éste construyó el Ateneo Peninsular.
Los vestigios de T´ho sirvieron para edificar la ciudad de Mérida. Las intervenciones realizadas en los primeros cuadros de la ciudad, han sacado a la luz fragmentos de ese pasado que al estudiarlo, registrarlo y exhibirlo, nos permite entrever rastros de su pensamiento original.
Cimientos de un nuevo orden
Francisco de Montejo, “El Mozo”, dirigió la conquista de la península en nombre de su padre homónimo “El Adelantado”, consiguió, después de varias derrotas ante los mayas, pacificar la región nororiente y fundar Mérida el 6 de enero de 1542 sobre la ciudad maya.
La población consistía en setenta vecinos españoles acompañados por indígenas del centro del país que el conquistador trajo de su encomienda del centro de lo que hoy es México, mayas con los que entablaron alianzas y medio centenar de africanos esclavos.
Perteneció al Convento de San Francisco de Mérida. Desde este recinto, la Provincia Franciscana de San José de Yucatán dirigió la labor evangelizadora en la península por tres siglos, hasta su clausura en cumplimiento de las disposiciones civiles de 1821. Los franciscanos monopolizaron la evangelización hasta la consolidación del clero secular dirigido por el obispo.
2.3. Diego de Landa (1524-1579)
En 1562 encabezó el auto de fe de Maní en el que se destruyeron cientos de ídolos mayas, actuando por encima de sus facultades con severidad contra los indios. Investigado por el Consejo de Indias, fue absuelto y regresó a Yucatán como obispo en 1573 tras la muerte de Toral.
