Durante la época prehispánica Tihosuco fue uno de los cacicazgos del mundo maya; en la Colonial, su auge económico provocó que fuera asediado por piratas y filibusteros. La zona también se caracterizó por sus haciendas henequeneras y por ser cuna y bastión de la lucha por la autonomía maya conocida como Guerra de Castas.
Tihosuco
El poblado de Tihosuco pertenece al municipio de Felipe Carrillo Puerto. En maya, Tihosuco o Jo' tsuk significa “cinco parcialidades” o “cinco rumbos”, ya que fue la capital de Cochuah, uno de los cuatro cacicazgos del mundo maya. A la llegada de los españoles, se convirtió en punto de partida para la evangelización y debido a su riqueza natural y posición geográfica estratégica entre Valladolid y el puerto de Bacalar, fue atacada por piratas.
Hacia 1544 Francisco de Montejo, “el Sobrino”, conquistó la región y la incorporó al sistema de encomiendas para que diera tributo y servicio a los españoles. Los franciscanos que se dedicaron a la evangelización llegaron al lugar en 1579 y lo eligieron como centro parroquial de enseñanza religiosa. Para ese año, la demarcación ya contaba con una iglesia construida por los indígenas, labrada de cal y canto.
Durante la segunda mitad del siglo XVII, Tiohusco formaba parte de la frontera que colindaba con el territorio de Yucatán; la parte noroeste estaba controlada por los españoles, mientras que al sureste se encontraban asentamientos indígenas sin conquistar.
En 1686 se dio un enfrentamiento entre el encomendero de Tiohusco y los piratas Laurent de Graff, “Lorencillo”, y François Agramont, quienes saquearon y quemaron la población. En 1727, ante una invasión de piratas ingleses, el gobernador de la provincia, Antonio de Figueroa y Silva, decidió fortificar Bacalar.
A mediados del siglo XVIII, el Gobierno español dividió el territorio yucateco en jurisdicciones políticas llamadas “partidos”; uno de ellos era Beneficios Altos, que tenía su capital en Tihosuco. Debido a su crecimiento económico se convirtió en el centro comercial de la jurisdicción y se establecieron aquí una serie de haciendas y ranchos productores de caña de azúcar, achiote, café, algodón y ganado; posteriormente se introdujo el cultivo del henequén.
En 1840, el auge henequenero propició que se construyeran seis haciendas que abarcaban grandes extensiones de tierra, cuya administración era propia de los ricos hacendados. Sin embargo, el 18 de julio de 1847, en la hacienda de Columpich, propiedad de Jacinto Pat, cacique de Tihosuco, los indígenas mayas de la región se reunieron con la intención de rebelarse contra el gobierno yucateco debido a los altos impuestos y el trabajo excesivo. Como respuesta a las acciones del gobierno, Cecilio Chi atacó la población de Tepich el 30 de julio de 1847, fecha que se ha considerado como el comienzo de la denominada Guerra de Castas que devastó la región de los actuales estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo a lo largo de 55 años. Al principio del conflicto, Tihosuco fue el sitio donde los criollos se organizaron en contra de los mayas sublevados y fue utilizado como avanzada militar de las tropas yucatecas.
En abril de 1849, Tihosuco fue sitiado y se libró una gran pelea que ganaron los criollos. Esta derrota desalentó a los mayas, quienes huyeron a la selva por un tiempo prolongado. Por su parte, las tropas criollas decidieron abandonar Tihosuco. En 1866, ocurrió un nuevo sitio donde el ejército de Yucatán logró defender el poblado del asedio de los rebeldes, convirtiéndose el único triunfo de la década. La iglesia mutilada continúa siendo recuerdo de aquel acontecimiento. El conflicto concluyó cuando el Ejército Federal tomó la población de Chan Santa Cruz, hoy Felipe Carrillo Puerto, en 1901. Como resultado de la Guerra de Castas, Tihosuco quedó abandonado y la portada y el altar del Templo del Santo Niño Jesús quedaron destruidos. Hasta finales de 1928 Tihosuco fue repoblado.
Tihosuco fue declarado Zona de Monumentos Históricos en 2019; en el decreto se señala que la zona abarca 20 manzanas. La traza es irregular y parte de la plaza central está formada por edificios construidos entre los siglos XVII y XIX, en los que se combinaron diversos estilos arquitectónicos; algunas construcciones fueron destinadas al culto religioso, como el Templo y convento del Santo Niño Jesús.
Los edificios restantes son inmuebles de carácter civil que tienen fines habitacionales, educativos, asistenciales, de servicios y ornato público, entre los que destacan el Museo de la Guerra de Castas y la biblioteca pública. Las edificaciones predominantes se realizaron con cimentaciones y muros de piedra con alturas de entre cinco y seis metros.
Sobre las características arquitectónicas de las construcciones tradicionales, se destaca que son, en su mayoría, de un sólo nivel, por lo que predomina una visual horizontal, en ésta sobresalen el Templo y Convento del Santo Niño Jesús, cuya fachada fue demolida durante la Guerra de Castas, en 1847, y únicamente se conserva el extremo sur.
Biblioteca pública "Santiago Pacheco Cruz"
Inmueble del siglo XVIII, a finales de la octava década del siglo XX fue restaurado y adaptado para su uso como biblioteca pública, inaugurada en mayo de 1988.

Museo de la Guerra de Castas
Casona del siglo XVIII, donde vivió el líder indígena Jacinto Pat, promotor de la rebelión contra los españoles. Después de la Guerra de Castas en 1847, el inmueble quedó abandonado hasta que el estado lo restauró e inauguró como museo el 24 de marzo de 1993.


Casa Cural (Antiguo convento del Santo Niño Jesús)
Inmueble del siglo XVIII, anexo de la Parroquia del Santo Niño Jesús. Convento que contó con numerosas celdas, varios patios interiores, comedor, panadería, cepos de castigo, depósito para agua, escuela, teatro con escenario techado, entre otros.

Antiguo panteón del templo del Santo Niño Jesús
Inmueble del siglo XVIII. Anexo de la Parroquia del Santo Niño Jesús, limitado por muros de piedra caliza, con una pila de piedra para lavar cadáveres al centro del altar de su capilla abierta.

Inmueble Ingeniería hidráulica
Pozo del siglo XIX, construido para el abastecimiento público de agua, su brocal es de mampostería de piedra caliza, aplanado y pintado de blanco.
Inmueble civil
Inmueble del siglo XVIII. La fachada conserva tres vanos originales con marco de piedra y cerramiento de arco rebajado (mixtilíneo).
Coordinación Nacional de Monumentos Históricos
La Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ...