Conocida popularmente como “la Ciudad de los Portales” debido a los pórticos de sus casas, esta población minera fue una de las más prósperas durante la época virreinal y el siglo XIX. Su paisaje natural, arquitectura y riqueza cultural la convierten en una joya del patrimonio sonorense.
Álamos
Álamos se fundó a finales del siglo XVII como consecuencia del descubrimiento y explotación de yacimientos de plata ubicados en el cerro de Los Frailes, en la sierra de Álamos. Por ello recibió el nombre de “Real de la Limpia Concepción de los Álamos” o “Real de los Frailes”.
Su entorno natural ha sido clave en el desarrollo económico y cultural de la ciudad. La sierra de Álamos ha proveído de agua y de diversos recursos naturales como la madera, utilizada en la construcción de las casas antiguas. Cerca de la ciudad se encuentra el Área de Protección de Flora y Fauna Silvestres y Acuáticas Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, uno de los sitios con mayor diversidad biológica y genética del estado de Sonora y hogar de cerca de 100 especies en peligro de extinción.
En la época prehispánica esta región fue ocupada por grupos de agricultores que dejaron como testimonio grabados hechos en roca con motivos geométricos, animales y antropomorfos. A la llegada de los europeos, los habitantes de estos territorios eran los mayos y los guarijíos; estos grupos fueron evangelizados por jesuitas y franciscanos, quienes fundaron misiones para congregarlos.
La ciudad de Álamos gozó de una gran prosperidad económica durante la época virreinal gracias a la actividad minera. Fue una ciudad populosa habitada por mineros, comerciantes, autoridades religiosas y civiles, peones de las minas e indígenas guarijíos, yaquis, mayos y tarahumaras. Asimismo, fue el punto con mayor población hispana en una zona considerada tierra de frontera, por lo que constituyó un bastión para la defensa del territorio frente a los embates de los pueblos indígenas que no habían sido sometidos.
El siglo XIX fue una época de auge para Álamos, pues la minería recibió gran impulso gracias al descubrimiento de nuevas vetas de plata y a la aplicación de tecnologías modernas para extraer el preciado metal. En 1821, cuando se declaró la Independencia de México, la ciudad contaba con una economía fuerte y con un grupo de familias que conformaban una elite poderosa. Por ello, cuando en 1824 se creó el Estado Libre de Occidente, Álamos se convirtió en su capital. Dicho estado incluía los territorios de la antigua Gobernación de Sonora y Sinaloa; sin embargo, en 1830 ambas entidades se separaron debido a diferencias entre grupos políticos. A partir de ese momento Álamos, que hasta entonces había pertenecido a Sinaloa, pasó a formar parte de la jurisdicción de Sonora.
El inicio del siglo XX no fue tan favorable para Álamos. La Revolución y la Guerra Cristera impactaron fuertemente en la ciudad y su patrimonio, ya que los templos fueron ocupados como cuarteles y el arte religioso fue retirado de las iglesias. Sin embargo, en la década de 1940, con la llegada de ciudadanos estadounidenses y canadienses, se restauraron varias casas de arquitectura virreinal y se favoreció el resurgimiento de la ciudad. Álamos logró sobrevivir y en la actualidad es uno de los destinos más importantes de Sonora.
La Zona de Monumentos Históricos que se declaró en Álamos abarca 0.62 km2 y está conformada por 59 manzanas. La mayoría de sus edificios datan de los siglos XVIII y XIX; entre ellos se distinguen el Templo de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, la Capilla de Zapopan, la Casa del Obispado, la Casa de la Ciudadela o Cabildo, el Palacio municipal, la Casa Azul, la Mandarina, la Casa de los Fantasmas, la Casa de la Puerta Roja, la Casa del Cisne y la Escuela Bartolomé M. Salido, entre otros.
La Plaza de Armas es el corazón de la zona de monumentos. La mayoría de los edificios que la rodean se construyeron en el siglo XVIII, presentan muros gruesos de adobe y cantería y se utilizaron materiales de la región como la madera de amapa, sabino y vara blanca. Una característica particular de la ciudad de Álamos es que muchas de las fachadas de sus casas poseen corredores porticados en diferentes estilos.
La traza de la ciudad está definida por calles irregulares que se adaptan a la topografía del terreno, caracterizado por accidentes geográficos de los arroyos Agua Escondida y la Aduana, y la elevación de la loma de Guadalupe. La configuración actual de la ciudad data del siglo XIX, pues a finales del XVIII la traza aún era muy irregular y las casas se encontraban muy dispersas. Para el siglo XIX ya había calles pavimentadas con piedras, se habían modernizado las casas ubicadas en torno a la plaza principal y se había concluido la construcción de la parroquia de la Purísima Concepción.
La ciudad se ha expandido tomando como base la Plaza de Armas; sus barrios tradicionales se han consolidando, al igual que la periferia que formó parte de los caminos históricos. Actualmente Álamos es sede de eventos culturales de trascendencia para el país, el más importante es el Festival Alfonso Ortiz Tirado que, desde 1985, se lleva a cabo anualmente en enero. En dicho evento se hace patente el mosaico cultural de la región, pues participan tanto cantantes de ópera, pop, rock, ranchero y jazz, como los pueblos originarios que viven su música y danzas tradicionales.
Esta ciudad también ha visto nacer a personajes célebres como María Félix, reconocida actriz de la Época de Oro del cine mexicano, y a Alfonso Ortiz Tirado, médico y cantante de ópera, quien realizó giras por el extranjero y fue catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por todo esto, Álamos fue decretada Zona de Monumentos Históricos el 24 de noviembre del año 2000.

Hotel Álamos

Hotel portales

Casa del Obispado

Capilla de Zapopan

Hotel "Mansión de la Condesa"

Imprenta V. Hernández

Mercado Municipal

Museo Costumbrista de Alamos

Palacio Municipal



Nuestra Señora de la Purísima Concepción
Coordinación Nacional de Monumentos Históricos
La Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia ...