La Hacienda de la Limpia Concepción de El Canutillo, ubicada en el actual municipio de Ocampo, en Durango, data de la segunda mitad del siglo XVII y fue edificada originalmente cono estancia agrícola, cuya función era abastecer al centro minero de Parral (Chihuahua). Sin embargo, llegó a convertirse en una de las haciendas más ricas de la región, ya que su cercanía al Río Florido favorecía la irrigación de la tierra y por lo tanto la productividad.
Antigua hacienda de la Limpia Concepción de El Canutillo
La hacienda El Canutillo fue un lugar de pernocta para todos aquellos que se dirigían hacia el real de minas de San José del Parral, lo que la convirtió en un punto importante del Camino Real de Tierra Adentro. A partir de 1785 se construyeron en la hacienda la casa grande y la iglesia que actualmente se conocen. Según registros de 1898, la hacienda contaba con quinientas hectáreas de riego, quinientas hectáreas de temporal, más de sesenta y siete mil hectáreas de agostadero y estancias anexas como Espíritu Santo, Vía Excusada y Nieves.
Las edificaciones de la hacienda forman un conjunto en el que sobresale la iglesia, construida en 1794, la cual está dedicada a la Limpia Concepción de María. Este templo fue edificado con cantera rosa propia de la región y presenta una planta de crucero y una portada formada con un arco de medio punto, enmarcado por medias pilastras de altos zócalos. En la portada sobresale la ventana coral que tiene a los lados columnas estípites y una hornacina con la figura de la Limpia Concepción de María. La torre es de dos cuerpos de mampostería y es de manufactura contemporánea.
Tras abandonar la lucha armada, en julio de 1920, Francisco Villa eligió la Antigua Hacienda de la Limpia Concepción de El Canutillo para establecerse. Cuando el gobierno federal la adquirió para otorgársela, la propiedad estaba en ruinas, pero tenía una gran ventaja, su inmejorable ubicación que la hacía fácilmente defendible desde todos los ángulos.
Villa reconstruyó y amplió las instalaciones de la hacienda, preparó las tierras para la siembra, hizo construir casas para sus trabajadores y escoltas, una escuela y un frontón, deporte del que fue asiduo practicante. Además de dotarla de servicios como energía eléctrica, correo, telégrafo, líneas telefónicas, médico, talleres de carpintería, talabartería, sastrería, zapatería, herrería. Hizo funcionar una tienda donde los productos traídos de otros lugares se vendían al costo y los producidos en la hacienda se distribuían gratuitamente entre los habitantes. Destinó amplias zonas al cultivo de maíz, frijol y trigo, además de producir chile, papa, cacahuate, camote, sandía, melón.