A finales del siglo XVI los misioneros franciscanos provenientes de Cuencamé entraron en la región de Mapimí con el objetivo de llevar a cabo su labor evangelizadora, fundando para ello diversos pueblos de corta vida.
Conjunto arquitectónico del pueblo de Mapimí
En lo que respecta al pueblo de Mapimí, ubicado actualmente en el municipio del mismo nombre, se sabe que surgió en el siglo XVI como una misión jesuita y con el paso del tiempo fue adquiriendo un papel trascendental para el desarrollo del Camino Real de Tierra Adentro, principalmente como puesto de avanzada de la corona española. Su evolución tiene como punto de partida el descubrimiento de los yacimientos de plata y oro en las serranías cercanas, esto hizo que Mapimí pasara de ser una misión a uno de los reales de minas más sobresalientes de la Nueva Vizcaya, bajo el nombre de real de Santiago de Mapimí.
A principios del siglo XVIII el poblado de Mapimí tuvo que enfrentar diversos despoblamientos, debido a los constantes ataques de diferentes grupos indios que se resistían al avance de los españoles.
Cabe mencionar que prácticamente todo el desarrollo del poblado de Mapimí estuvo ligado a los constantes ataques de los diferentes grupos indios resistentes al avance de los españoles. Uno de los principales despoblamientos en la zona sucedió en 1715, cuando los vecinos se vieron obligados a trasladarse a Cuencamé, llevando consigo la imagen de un Cristo crucificado llamado Señor de Mapimí, cuyo culto adquirió gran importancia a lo largo del Camino Real de Tierra Adentro.
Para 1765, Mapimí contaba con doscientas ochenta y siete familias, aproximadamente mil doscientos sesenta y siete habitantes, y se explotaban catorce minas cuyo producto se trabajaba en seis haciendas de fundición.
El crecimiento poblacional, la importante extracción de plata y oro, así como de plomo, el cual era necesario para fundir la plata que era extraída en otros reales, entre ellos el de Parral, así como el establecimiento de un presidio favorecieron que en 1777 se le otorgara a Mapimí la categoría de villa.
Mapimí se caracteriza por su traza urbana cuadricular, en donde se edificaron diversas casas virreinales que dan cuenta de la importancia que alcanzó este lugar en el siglo XIX, entre las que se encuentran la casa del Curato y la casa de la familia Cigarroa, esta última construida en la primera mitad del siglo XIX, con portada neoclasicista y cornisa ondulante propia de las casas del Estado de Durango.
En lo que respecta a la arquitectura virreinal religiosa el templo de Santiago Apóstol es uno de los ejemplos más notables, obra de mampostería en la que puede admirarse un remate sobre el que están dos gárgolas en forma de cabezas de león y la escultura del apóstol Santiago, patrono del real de minas.

Templo de Santiago Apóstol(Zaragoza e Hidalgo)
El inmueble presenta un sistema constructivo a base de adobe, Bóvedas de arista y aplanados de cal arena. Presenta dos cuerpos y una torre, y ambas portadas de estilo barroco.