Uno de los primeros reales de minas fundados al norte de Zacatecas, fue el del pueblo de San José de Avino, el cual fue descubierto por el capitán Francisco de Ibarra en 1554, aunque su explotación se llevó a cabo varios años después, aproximadamente hasta 1630, no obstante, quedó abandonado durante largas temporadas y de nuevo fue explotado hacia 1730 por el vasco José de Echaez. Fue en esa época cuando se adoptó formalmente el nombre de real de San José del Avinito.
Templo del pueblo de San José de Avino
El templo de San José, en el pueblo de San José de Avino, fue levantado por Esteban de Erauzo en 1759, el cual se caracteriza por su portada sobria en la que se aprecia una torre de un cuerpo con cuatro arcos de cantería, cúpula de media naranja y cuatro almenas de piedra. Al frente de la capilla estaba un pequeño atrio o cementerio, adornado con una cruz de piedra labrada. El interior del templo es de una nave techada con cincuenta y tres vigas acanaladas. El inmueble cuenta con dos retablos, el principal es de dos cuerpos y un remate, al centro se localiza la imagen de San José, patrono del lugar y arriba un pequeño Cristo de Esquipulas, relacionado con los viajeros del Camino Real.
El retablo lateral está dedicado al Cristo de Zacatecas, patrono de los mineros y en algunas otras paredes pueden admirarse obras de los pintores novohispanos Antonio de Torres y Pedro López Calderón.