La necesidad de trasladar la plata extraída en las minas de Zacatecas hacia el centro del país, en particular a la ciudad de México, para llevar a cabo su fundición y acuñación, influyó el surgimiento del tramo del Camino Real entre la ciudad de Zacatecas y el poblado de Ojocaliente.
Tramo del Camino Real entre Ojocaliente y Zacatecas
De igual forma este sitio sirvió como un punto importante para ofrecer un medio de transporte seguro tanto de mercancías como de viajeros que se trasladaban hacia el septentrión novohispano.
El tramo del Camino Real entre Ojocaliente y Zacatecas es un segmento entre el presidio de Palmillas y el Colegio de Propaganda Fide de Guadalupe, el cual consta de alrededor de un kilómetro de longitud y un ancho promedio de 6.50 metros. Este punto del itinerario del Camino Real de Tierra Adentro presenta un empedrado de piedra de la región asentado sobre una base de tierra apisonada.
Esta sección del camino formó parte de una serie de construcciones de carreteras iniciada a mediados del siglo XVI en los terrenos de la Gran Chichimeca, el cual adquirió especial relevancia para la corona española a partir de 1554 debido al descubrimiento de grandes depósitos de plata en Guanajuato, y se convirtió en el camino más importante del virreinato hacia los territorios del norte.
Durante los primeros años de la explotación de los yacimientos de plata de Zacatecas, esta ruta fue utilizada para el traslado del metal y abastecimiento de mercancías e insumos los cuales eran llevados a la capital del virreinato, la ciudad de Guadalajara y el puerto de Veracruz. Hacia el sur, este camino tocaba el presidio de Ojuelos, proseguía hacia Encinillas, y hacia dos sitios ubicados en el actual estado de Aguascalientes, las Bocas y Ciénaga Grande, posteriormente se dirigía hacia Cuicillo, sitio en donde se juntaba con el camino que venía de Guadalajara, y por último se encontraban el presidio de Palmillas, antes de llegar a la ciudad de Zacatecas.