En 1999, se elaboró un proyecto de conservación y restauración de los principales elementos decorativos y de recubrimiento que fueron expuestos durante las excavaciones en diversas estructuras arquitectónicas del sitio. El proyecto es conducido y coordinado por especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH. Las temporadas de trabajo de conservación en el sitio iniciaron en el 2001 y han tenido continuidad anual desde entonces hasta el 2024.
Desde el año 2001, el proyecto de conservación ha operado de manera simultánea con las actividades arqueológicas. Los proyectos de conservación y de arqueología colaboran conjuntamente compartiendo decisiones sobre la conservación, el mantenimiento y la investigación de elementos decorativos. A través del proyecto de conservación un número considerable de elementos decorativos de la Acrópolis se han estabilizado. Simultáneamente se han planteado diversas investigaciones aplicadas a la conservación y preservación de relieves de piedra y estuco, pintura mural y recubrimientos de la arquitectura.
El objetivo general del proyecto ha sido estabilizar y preservar in situ los distintos elementos decorativos de la Acrópolis y otros espacios arquitectónicos. Para alcanzar el objetivo general cada año se realiza la evaluación sistemática de las condiciones físicas y químicas de cada uno de los elementos decorativos. Inicialmente se determinaron los parámetros de evaluación y los indicadores más significativos del deterioro o riesgo y a partir de esa evaluación se diseñó un sistema de análisis y evaluación sistemática con la idea de obtener la mayor cantidad de información y el mayor detalle posible de los mecanismos que ponían en riesgo la preservación de estos elementos in situ. Los resultados del diagnóstico inicial fueron fundamentales para poder determinar las prioridades de conservación, planear cada año las actividades y determinar las prioridades de intervención.
A partir de los diagnósticos realizados cada año durante los trabajos de campo se han aplicado tratamientos de conservación directa en la mayor parte de las decoraciones expuestas. Se han efectuado procedimientos habituales tales como: limpieza, unión de fragmentos, reintegraciones estructurales, consolidación, fijado, eliminación de sales solubles y de microorganismos. Se ha hecho un esfuerzo por emplear materiales de conservación compatibles con los materiales originales y por evitar el uso de productos sintéticos.
La estabilización de cada elemento decorativo se debe a dos tipos de actividades principales: las tareas de conservación practicadas y las tareas de mantenimiento dadas como parte de un programa anual. El programa de mantenimiento se ha desarrollado para proteger las decoraciones durante las tareas de excavación y durante los periodos que no existen temporadas de campo por parte del proyecto de conservación. Se han diseñado y puesto en marcha sistemas que tienen el propósito de proteger las estructuras arqueológicas y los elementos decorativos expuestos que son vulnerables a la captación y acumulación de agua de lluvia y la insolación directa o indirecta.
Otro de los objetivos del proyecto ha sido llevar a cabo un programa de investigación aplicada con el siguiente enfoque:
1) Estudiar la tecnología antigua de los diferentes elementos decorativos y caracterizar química y físicamente los materiales constitutivos de las decoraciones arquitectónicas.
2) Apoyar con estudios puntuales las tareas de conservación y preservación directa.
3) Estudiar y determinar los principales procesos de alteración y deterioro a los que están sujetos los elementos decorativos.
4) Evaluar y analizar de las propiedades y comportamiento de los productos, técnicas, y métodos de conservación empleados.
Dentro del proyecto de conservación se han desarrollado una serie de principios teóricos y prácticos cuya finalidad es constituir un marco de referencia para las actividades de detección y corrección de daños. Este marco de lineamientos es una referencia para determinar el nivel de la problemática de conservación que presentan los elementos decorativos a nivel general y particular, y las estrategias que deben implementarse para corregir dichas problemáticas a diferentes escalas. Este marco de referencia ha permitido determinar el rumbo por el cual se conducen los procedimientos de conservación y guía directamente la investigación experimental.
La estrategia de conservación desarrollada para el proyecto incluye, en primer lugar, un glosario de conceptos y términos especializados de conservación que se emplean de manera sistemática en las cédulas de registro de estado de conservación/deterioro, y de registro de procedimientos de conservación. En segundo lugar, el establecimiento de un código de ética para el manejo de bienes arqueológicos. Por último, la formulación de parámetros de análisis, evaluación y acción de las actividades básicas y complejas relacionadas con la conservación, preservación y mantenimiento de sitios arqueológicos.
Los lineamientos de conservación de este proyecto son el resultado de un análisis crítico y constructivo de aquéllos otros proyectos desarrollados en sitios arqueológicos desde la década de los años sesenta.
Los lineamientos generales del proyecto pueden sintetizarse en lo siguiente:
Los elementos arqueológicos deben ser considerados sobre todo fuentes potenciales de información histórica. A través del estudio de estos elementos es posible generar información relevante sobre grupos culturales del pasado. Por lo tanto, los conservadores deben tener especial cuidado de no llevar a cabo ningún procedimiento que afecte negativamente futuros estudios o que impliquen distorsión del conocimiento.
La conservación debe contribuir, a través del uso de la evaluación sistemática, de una explicación completa sobre los mecanismos y procesos de alteración que sufren los elementos. Los conservadores deben detectar y analizar las evidencias de los diferentes procesos de creación y transformación de los elementos en su contexto sistémico: producidos durante su construcción y uso, y en su contexto arqueológico: una vez que fueron abandonados, enterrados y descubiertos. De esta manera, la conservación debe ser un medio importante y efectivo para producir información útil y contribuir a la reconstrucción de las diferentes historias y biografías de los bienes arqueológicos en un sentido diacrónico.
La conservación arqueológica debe evitar la implementación de tratamientos de restauración extensivos y complejos. La conservación debe tener prioridad ante los procesos de restauración y los tratamientos principales deben ser conducidos con el propósito de recuperar el valor tangible e intangible, la integridad física (visual y material) y significativa (símbolos que representan ideas) de cualquier elemento. Adicionalmente, todas las decoraciones deben recibir los tratamientos necesarios y apropiados con el fin de alcanzar los estándares nacionales e internacionales de conservación establecidos para el sitio en general.
Los métodos y técnicas de conservación (y sus consecuentes sustancias y productos) utilizados deberán mostrar menor resistencia mecánica que los originales colindantes con el fin actuar como “material de sacrificio”. Un “material de sacrificio” es el que recibe el daño directamente y por lo tanto, actúa como un elemento amortiguarte del deterioro o del daño protegiendo al material original. Los productos, sustancias o materiales usados deben diferenciarse fácilmente del original y no se deberán utilizar para hacer reproducciones o adiciones.
Cualquier tratamiento de conservación novedoso debe estar respaldado por una investigación sistemática previa que indique su efectividad, la influencia en las propiedades originales de los bienes y los riesgos de su utilización en el desencadenamiento de otros procesos de transformación y deterioro.
El sistema de documentación del proyecto de conservación
El sistema de registro que utilizamos en Ek’ Balam está basado en la idea de crear un sistema estandarizado que con los recursos tecnológicos disponibles permite generar un diálogo entre el mundo de las alteraciones y el de las intervenciones que se practican en los elementos decorativos, de acuerdo con los criterios que subyacen en la práctica. En el diseño del método de registro se intentó que la parte del proceso de documentación, que consiste en el binomio de recolección de la información y su interpretación para la captura fuera lo más práctica posible y se realizara utilizando una nomenclatura común, es decir que los datos específicos pudieran relacionarse directamente con las características físicas observables, las condiciones aparentes y la evidencia de intervenciones anteriores. De modo que este tipo de registros fuera instrumentado a través de personal entrenado y que reconoce ya de entrada un lenguaje común en el mundo de la conservación, para que no diera pie a mayores elaboraciones o interpretaciones que implicaran hipótesis o especulaciones sobre el estado de conservación o las intervenciones realizadas.
La primera parte del sistema lo compone un elemento manual, para ello se cuenta con una cédula escrita en la que se reportan efectos visibles del deterioro. Esta cédula contiene los daños o efectos más recurrentes que se detectaron en la inspección y evaluación de los elementos decorativos de la arquitectura. Esta lista de deterioros o alteraciones visibles está relacionada con un glosario de términos en la que se describen con precisión cada término y sus características visibles para evitar interpretaciones múltiples, la idea es que esta sección debe ser precisa, confiable, eficiente y efectiva en términos del tiempo que se invierte en el registro de estos y en la detección de los mismos. Todos los efectos son visibles y su registro no implica necesariamente la documentación de la causa que produce la alteración o el deterioro, la causa deberá explicitarse por otros medios y es de carácter reflexivo, deductivo, y cualitativo.
Para efectos prácticos la lista de deterioros-alteraciones está dividida en tres secciones:
a) los efectos de tipo físicos que se materializan como daños o alteraciones en la resistencia mecánica y física de los
materiales constitutivos.b) los efectos que provienen de una reacción química específica en la que alguna sustancia induce a una transformación química de los materiales constitutivos.
c) los que tienen un origen biológico como efecto del metabolismo o actividad orgánica de un organismo en los materiales constitutivos.
De este modo los deterioros y alteraciones se dividen en deterioros físicos, deterioros químicos y deterioros biológicos. Cada uno de estos grupos cuenta con indicadores precisos que son los más recurrentes y presentes en los elementos decorativos. Descubrimos que al cabo de quince años es poco probable que aparezcan otros que no están considerados, ya que los comportamientos observados año con año suelen ser recurrentes y persistentes.
Por otro lado, adicionalmente al componente escrito se tiene un componente gráfico manual que después se traduce en digital. Este se realiza marcando gráficamente y ubicando visualmente cada uno de los deterioros o alteraciones, directa y físicamente, en un dibujo o fotografía que se correlaciona con lo reportado en la cédula escrita, con la intención de determinar con precisión su ubicación. El gráfico que se utiliza, ya sea fotografía o dibujo, permite ubicar visualmente cada uno de los deterioros en los elementos registrados, con el propósito de tener una memoria visual de alteraciones que sirva como referencia comparativa en años subsiguientes. Inicialmente se utilizaron fotografías de los elementos, pero dado que estas cambiaban de calidad cada año, se consideró que no era una forma sistemática, a menos que se tomaran desde los mismos ángulos y con la misma intensidad de luz, lo cual resultaba poco probable. Por este motivo, se decidió que todos los elementos decorativos en relieve se dibujarían digitalmente en AutoCAD, para poder usar el mismo formato visual en el registro gráfico y así lograr un registro más preciso. Aunque en campo se sigue utilizando el registro gráfico manual, que después se digitaliza, los dibujos generados en AutoCAD son los mismos desde el año 2010.
Las ventajas de utilizar este tipo de dibujos es que están a escala y puede hacerse una medición cuantitativa de las superficies alteradas si así se desea. Por otro lado, existe consistencia en el recurso visual para poder reproducirse con mayor facilidad. En este sentido es fácil comparar las áreas deterioradas con las áreas intervenidas, y resulta práctica esta comparación visualmente hablando.
El sistema de registro siendo básico y fácil de aplicar puede llevarse a cabo y completarse en poco tiempo, es decir no conlleva un gran gasto energético para realizarse año con año en campo y tampoco implica una gran inversión en su reproducción, como resultaba anteriormente con las fotografías.
Uno de los elementos más interesantes de este sistema es que año con año lo aplican diferentes personas y dado que es sencillo y práctico puede existir consistencia en la forma de recolectar e interpretar la información. El sistema de registrar manualmente puede considerarse quizá un gasto de tiempo y trabajo en esta época en que contamos con herramientas digitales accesibles por diversos medios, pero dado que este sistema se generó cuando todavía las tecnologías digitales no eran portátiles ni tecnológicamente accesibles en campo, decidimos que era mejor continuar con el sistema manual y dar continuidad al trabajo manual con la intención de tener esos registros para uso directo en campo cada año de forma que se pueden revisar físicamente y comparar con los que se efectúan físicamente en el presente. Por otro lado, los digitales serán desde ya los que suplirán a estos una vez que contemos con los equipos y aplicaciones portátiles más diversificadas en los próximos años.