Ek’ Balam estuvo poblado desde el período Preclásico Medio (300 a.C-300) y continuó habitado hasta la llegada de los españoles; su apogeo fue durante el Clásico Tardío, (770-896) alcanzando un amplio desarrollo con características mayas muy clásicas. Tiene elementos propios de los sitios más sobresalientes, como tres murallas, cinco sak be’oob o caminos mayas, estelas labradas y un juego de pelota. El gobierno de Talol logró un gran poderío gracias al rey Ukit Kan Lek Tok’ y en menor medida por quienes le sucedieron en el trono. En la ciudad, Ek’ Balam, se conjuntaron magníficas y colosales obras arquitectónicas, esculturas, pinturas y objetos de lujo que la élite ostentaba y habían sido creados para ellos por grandes maestros, arquitectos, escultores, pintores–escribas y toda clase de artesanos, dedicados a su creación bajo los auspicios de los gobernantes. El reino de Talol mantuvo su señorío por medio de las armas, apropiándose de la fuerza de trabajo y recursos de los asentamientos bajo su dominio, pues la de sus pobladores sería insuficiente para las obras emprendidas, como el palacio real que ahora llamamos la Acrópolis, con características únicas, una gran volumetría y compleja distribución arquitectónica, así como numerosos recintos que contienen su historia y la de sus sucesores, en pinturas y relieves hechos en variadas superficies. Aparte del valor artístico de los elementos presentes en Ek’ Balam, el valor histórico de la información hallada —y la que falta recuperar— son vitales, pues ha llenado un gran vacío en el conocimiento arqueológico del nororiente de la península. La influencia del reino de Talol se extendió a sitios de la periferia y aun hasta Chichén Itzá, que en sus primeras etapas de desarrollo adoptó las técnicas y materiales usados en la pintura mural y en el modelado de estuco, así como en su cerámica temprana, elementos que tienen claros rasgos creados en Ek’ Balam.
Ek’ Balam, como todo el patrimonio arqueológico, histórico y paleontológico de México es considerado propiedad de la nación de acuerdo con la ley (Constitución de 1917 de los Estados Unidos Mexicanos). Como otros sitios, se encuentra bajo el resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El INAH fue creado a través de la Ley Orgánica en 1939 (03-02-1939, reformada el 13-01- 1986), y este es un órgano federal desconcentrado, dependiente de la Secretaría de Cultura, con estatus y patrimonio propio. Sus responsabilidades incluyen la investigación histórica y antropológica, la conservación, la restauración, la protección, valoración y difusión del patrimonio cultural y otras actividades de su competencia. Estas funciones también son dictadas por la Ley Federal de Sitios y Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos que fue promulgada en 1972 (06-05-1972, y reformada el 13-01-1986).
Dentro del ámbito del INAH, Ek’ Balam es uno de los 39,084 sitios registrados en el INAH, y uno de los 182 que están abiertos a la visita pública. El Registro Público de Monumentos Arqueológicos e Históricos fue creado por la Ley de 1972, en su artículo 21, y el sitio fue registrado en 1986 como parte del Proyecto de Atlas Arqueológico de Yucatán (Garza Tarazona de González y Kurjack Bacso 1980; Velázquez Morlet, 1988:72). Ek’ Balam aún no ha sido declarado por decreto presidencial como Sitio de Monumentos Arqueológicos como lo son 46 sitios en México (incluidos Chichén Itzá, Edzná y Uxmal, entre tantos otros), ni ha sido inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. No obstante, el INAH tiene la responsabilidad de procurar su protección legal y técnica, conservar y preservarlo como patrimonio cultural de la nación (Meehan y Alonso 2010).