Museo de Sitio de Palenque "Alberto Ruz L'Huillier"
La ciudad del rey Pakal, cuya suntuosa tumba descubrió el arqueólogo Alberto Ruz en 1952, incluye este museo y su rica colección. Muestras de la gran capacidad de los mayas antiguos como escultores y orfebres, sus costumbres funerarias, la vida de la élite y el pueblo llano.
Sobre el Museo
El Museo de Sitio de Palenque Dr. Alberto Ruz Lhuillier se encuentra en la Zona Arqueológica de Palenque, al norte del estado de Chiapas. Desde su apertura en 1958 ha tenido dos funciones básicas: en primer lugar, resguardar los objetos recuperados en las excavaciones del sitio, y en segundo lugar, proporcionar elementos para la interpretación de los monumentos arqueológicos.
Considerado como uno de los museos arqueológicos más notables del área maya, reúne alrededor de 202 piezas procedentes de distintas áreas de Palenque. Estas obras atestiguan con particular nitidez las expresiones estéticas generadas por el poder dinástico de la antigua urbe, además de constituirse como fuentes de información sobre las creencias religiosas, prácticas rituales y formas de organización política prevalecientes en la sociedad palencana. Desde las delicadas figurillas de barro hasta las grandes esculturas de piedra caliza, las piezas del museo de sitio manifiestan la sensibilidad y vigor de la tradición artística local, misma que irradió su influencia hacia otras ciudades mayas, como las ubicadas en la región del Usumacinta.
La historia del museo de Palenque comienza con una pequeña galera, hecha de troncos y guano, que servía como bodega y donde se guardaban los fragmentos de estuco, cerámica y piedra labrada que ocasionalmente eran encontrados en la zona, durante el desmonte de los monumentos. Este inmueble se ubicaba al este del actual campamento, muy cercano al arroyo Otolum, tal como lo ilustra Alfred Maudslay en su levantamiento topográfico de 1899. En 1923 Franz Blom recolectó una diversidad de materiales arqueológicos y recuperó una serie de objetos de barro, estuco y escultura. Entre 1933 y 1942, Miguel Ángel Fernández comenzó las excavaciones formales en el sitio. Estas exploraciones incrementaron de manera considerable el acervo de materiales arqueológicos resguardados en la bodega.
La historia formal del museo se inicia con la llegada de Alberto Ruz a Palenque. Entre 1949 y 1958, realizó algunas de las investigaciones más destacadas en el sitio, y planteó un proyecto para definir las diferentes épocas de la cultura palencana a través de los materiales arqueológicos, así como la urgente necesidad de conservar los monumentos. En vista del notable aumento de las colecciones arqueológicas, producto de las exploraciones anteriores y de las que se estaban llevando a cabo en ese momento, dentro de su programa incluyó la creación de un nuevo inmueble que funcionaría como campamento, museo y bodega. El 28 de septiembre de 1958 abrió sus puertas el primer museo formal del sitio de Palenque: el profesor Carlos Pellicer se encargó de instalar las colecciones en aquella sala, que fue inaugurada el 28 de septiembre.
En vista de la importancia que seguía adquiriendo la ciudad antigua de Palenque y dadas las condiciones de conservación del inmueble, así como su espacio tan reducido, en 1991 se planteó la necesidad de construir uno nuevo que permitiera albergar una colección mucho mayor y realizar una presentación apropiada y digna de los diversos objetos, dado que se incrementaron considerablemente con los proyectos de excavación que se realizaban en ese momento en el sitio. El 15 de mayo de 1993 el nuevo museo abre sus puertas, con aportaciones del Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de Chiapas y la iniciativa privada, instituciones que reunieron un fondo para las obras y museografía. El museo se construyó en un área sobre el camino de acceso a la zona arqueológica a la altura del kilómetro 6.5, donde se encontraban las instalaciones de un hotel ya abandonado. El proyecto no sólo contempló el museo de sitio, sino también una unidad de servicios que incluye un auditorio con butacas para ciento veinte personas, salones para talleres educativos, cafetería, biblioteca, librería y locales para venta de reproducciones, tienda de artesanías, estacionamiento, taquillas, áreas administrativas y los servicios sanitarios, todo distribuido en tres edificios limitados por áreas verdes, y cuya superficie es de 3,000m2. Esta obra fue terminada en el año de 2002, y es allí donde se conservan hoy las colecciones arqueológicas que los palencanos antiguos dejaron para la posteridad.
Finalmente, en el 2008 se anexa la Sala Interpretativa de la tumba del Templo de las Inscripciones, donde se incorpora información amena, ágil y eficaz, sostenida con cédulas electrónicas y apoyos audiovisuales, con información del área maya y la ciudad antigua de Palenque. Adicionalmente, los espacios arquitectónicos reflejan también grandes temas que son esenciales para la compresión de las sociedades del pasado, tales como la religión, la guerra, la evolución arquitectónica, el crecimiento urbano y la política.
Para 2009 se inaugura el Almacén de Bienes Culturales, donde se custodian las piezas provenientes de la zona arqueológica: el área es un edificio a doble altura con espacios suficientes para reguardar la colección, y cuenta con andenes, bodegas e instalaciones para brindar todo el debido cuidado y conservación a las piezas.
La visita al Museo recrea ahora un recorrido por el sitio arqueológico, concebido como un ejemplo de ciudad maya del periodo Clásico (250-900). Así, cada sala hace referencia a un espacio arquitectónico específico, incluyendo las piezas rescatadas en cada uno de ellos, siempre con referencias a la ideología, la actividad bélica y la vida colectiva y cotidiana de los palencanos prehispánicos.
Considerado como uno de los museos arqueológicos más notables del área maya, reúne alrededor de 202 piezas procedentes de distintas áreas de Palenque. Estas obras atestiguan con particular nitidez las expresiones estéticas generadas por el poder dinástico de la antigua urbe, además de constituirse como fuentes de información sobre las creencias religiosas, prácticas rituales y formas de organización política prevalecientes en la sociedad palencana. Desde las delicadas figurillas de barro hasta las grandes esculturas de piedra caliza, las piezas del museo de sitio manifiestan la sensibilidad y vigor de la tradición artística local, misma que irradió su influencia hacia otras ciudades mayas, como las ubicadas en la región del Usumacinta.
La historia del museo de Palenque comienza con una pequeña galera, hecha de troncos y guano, que servía como bodega y donde se guardaban los fragmentos de estuco, cerámica y piedra labrada que ocasionalmente eran encontrados en la zona, durante el desmonte de los monumentos. Este inmueble se ubicaba al este del actual campamento, muy cercano al arroyo Otolum, tal como lo ilustra Alfred Maudslay en su levantamiento topográfico de 1899. En 1923 Franz Blom recolectó una diversidad de materiales arqueológicos y recuperó una serie de objetos de barro, estuco y escultura. Entre 1933 y 1942, Miguel Ángel Fernández comenzó las excavaciones formales en el sitio. Estas exploraciones incrementaron de manera considerable el acervo de materiales arqueológicos resguardados en la bodega.
La historia formal del museo se inicia con la llegada de Alberto Ruz a Palenque. Entre 1949 y 1958, realizó algunas de las investigaciones más destacadas en el sitio, y planteó un proyecto para definir las diferentes épocas de la cultura palencana a través de los materiales arqueológicos, así como la urgente necesidad de conservar los monumentos. En vista del notable aumento de las colecciones arqueológicas, producto de las exploraciones anteriores y de las que se estaban llevando a cabo en ese momento, dentro de su programa incluyó la creación de un nuevo inmueble que funcionaría como campamento, museo y bodega. El 28 de septiembre de 1958 abrió sus puertas el primer museo formal del sitio de Palenque: el profesor Carlos Pellicer se encargó de instalar las colecciones en aquella sala, que fue inaugurada el 28 de septiembre.
En vista de la importancia que seguía adquiriendo la ciudad antigua de Palenque y dadas las condiciones de conservación del inmueble, así como su espacio tan reducido, en 1991 se planteó la necesidad de construir uno nuevo que permitiera albergar una colección mucho mayor y realizar una presentación apropiada y digna de los diversos objetos, dado que se incrementaron considerablemente con los proyectos de excavación que se realizaban en ese momento en el sitio. El 15 de mayo de 1993 el nuevo museo abre sus puertas, con aportaciones del Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de Chiapas y la iniciativa privada, instituciones que reunieron un fondo para las obras y museografía. El museo se construyó en un área sobre el camino de acceso a la zona arqueológica a la altura del kilómetro 6.5, donde se encontraban las instalaciones de un hotel ya abandonado. El proyecto no sólo contempló el museo de sitio, sino también una unidad de servicios que incluye un auditorio con butacas para ciento veinte personas, salones para talleres educativos, cafetería, biblioteca, librería y locales para venta de reproducciones, tienda de artesanías, estacionamiento, taquillas, áreas administrativas y los servicios sanitarios, todo distribuido en tres edificios limitados por áreas verdes, y cuya superficie es de 3,000m2. Esta obra fue terminada en el año de 2002, y es allí donde se conservan hoy las colecciones arqueológicas que los palencanos antiguos dejaron para la posteridad.
Finalmente, en el 2008 se anexa la Sala Interpretativa de la tumba del Templo de las Inscripciones, donde se incorpora información amena, ágil y eficaz, sostenida con cédulas electrónicas y apoyos audiovisuales, con información del área maya y la ciudad antigua de Palenque. Adicionalmente, los espacios arquitectónicos reflejan también grandes temas que son esenciales para la compresión de las sociedades del pasado, tales como la religión, la guerra, la evolución arquitectónica, el crecimiento urbano y la política.
Para 2009 se inaugura el Almacén de Bienes Culturales, donde se custodian las piezas provenientes de la zona arqueológica: el área es un edificio a doble altura con espacios suficientes para reguardar la colección, y cuenta con andenes, bodegas e instalaciones para brindar todo el debido cuidado y conservación a las piezas.
La visita al Museo recrea ahora un recorrido por el sitio arqueológico, concebido como un ejemplo de ciudad maya del periodo Clásico (250-900). Así, cada sala hace referencia a un espacio arquitectónico específico, incluyendo las piezas rescatadas en cada uno de ellos, siempre con referencias a la ideología, la actividad bélica y la vida colectiva y cotidiana de los palencanos prehispánicos.
Septiembre 1958
Noviembre 1994
Mapa
Información práctica
Temporalmente cerrado
Martes a domingo de 08:30 a 17:00 hrs.
Incluido en la entrada a la Zona Arqueológica
Cerrado por trabajos de rehabilitación
Km 6.5 Carretera Ramal Palenque - Zona Arqueológica de Palenque, C.P. 29960, Municipio de Palenque,
Chiapas, México.
Chiapas, México.
De la ciudad de Villahermosa, Tabasco, tomar la Carretera Federal núm. 186 con dirección a Escárcega y continuar por la desviación Palenque.
Desde Tuxtla Gutiérrez, tomar la Carretera Federal núm. 190, dirección Ocosingo, y posteriormente la Carretera Federal núm. 199 Playas de Catazaj -Palenque.
Desde Tuxtla Gutiérrez, tomar la Carretera Federal núm. 190, dirección Ocosingo, y posteriormente la Carretera Federal núm. 199 Playas de Catazaj -Palenque.
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+52 (916) 345 26 84
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Mtro. José Pablo Bravo Coutiño
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Colección de piezas del Museo de Sitio de Monte Albán