El Ateneo Peninsular de Mérida: un testimonio vivo del tiempo y sus transformaciones
El Ateneo Peninsular ha desempeñado diversos papeles a lo largo de su existencia: de sus cimientos del periodo Posclásico maya, construyéndose el Palacio del Obispo durante la Colonia, un imponente palacio neoclásico revolucionario a principios de siglo XX, y posteriormente, el Museo de Arte Contemporáneo. Cada etapa en su evolución lo convierte en un símbolo vivo del patrimonio que da forma a la identidad de la región.
La experiencia comienza en la sala de sitio, un espacio diseñado para desentrañar las historias ocultas en los muros del Ateneo. Relatos que resuenan en cada rincón del edificio y que se irán revelando conforme el visitante atraviese sus pasillos, escalinatas, salas y patios. La Sala de Sitio es el preludio perfecto para descubrir las capas de memoria que envuelven este palacio revolucionario recuperado, ahora erigido como un palacio del conocimiento y el Patrimonio.
La propuesta de comunicación fue la de promover la inclusión y garantizar una experiencia integradora para todos los visitantes. Se han desarrollado estaciones especiales que incluyen reproducciones táctiles de las piezas mostradas, ilustraciones en relieve de los pictogramas de códices mayas o de alzados del edificio, descripciones en braille, audiovisuales y normovisuales. Este enfoque multifacético ofrece hasta cuatro niveles de interpretación, permitiendo a los visitantes experimentar el conocimiento generado por el INAH y las instituciones académicas locales y conocer la historia y arqueología de la península.