Hoy en día, Fort Selden se erige como un fantasma de sí mismo y sus memorias a la sombra de las suaves curvas de las montañas de Robledo, cuyo nombre honra el destino de Pedro Robledo, miembro de la expedición Juan de Oñate de 1598 y el primer europeo en morir en El Camino Real en lo que ahora es los Estados Unidos.
Sitio histórico de Fort Selden
Este fuerte es una gran guarnición de adobe construida a 29.968 km (18 millas) al norte de Las Cruces, en la ribera oriental del Río Grande. Se estableció en 1865 para proteger a los viajeros y comerciantes que cruzaban el Valle de Mesilla y se mantuvo activo durante 25 años.
Una bulliciosa comunidad de 200 soldados habitó este fuerte a la sombra de las montañas de Robledo, con numerosos árboles en su interior. Los cuarteles de los hombres aislados se encontraban en el extremo sur de la plaza de armas; al norte estaban los cuarteles de oficiales; al este se ubicaba el único edificio de dos pisos, que albergaba oficinas administrativas, talleres, un tribunal y una prisión de piedra; y al oeste se construyó un hospital de 10 camas con un cirujano residente. El fuerte también contaba con cocinas, almacenes, corrales y una tienda.
A mediados de la década de 1870, los conflictos con los indígenas disminuyeron, por lo que el Departamento de Guerra de los EE. UU. comenzó a abandonar el inmueble. En 1880, fue reactivado para la seguridad de los empleados del ferrocarril; para ello, se restauró el fuerte, mejorando los cuartos de los hombres aislados e instalando mesas de billar. Finalmente, fue abandonado en 1891.
Actualmente, se conserva una colección dispersa de paredes de adobe desmoronadas y montículos de tierra que sugieren una serie de 15 a 20 edificios que conformaban el fuerte, distribuidos, según la tradición militar, en un rectángulo alrededor de una plaza de armas central. Aunque aún se conservan algunos muros de más de 3 metros, la mayor parte del fuerte se está erosionando.
