En Moral-Reforma como en muchas ciudades mayas contemporáneas, las esculturas monumentales formaron parte importante de los escenarios arquitectónicos, exhibiendo a la figura humana como un prototipo ideal de elevado carácter simbólico. Entre los 44 fragmentos y esculturas completas registradas hasta ahora en Moral-Reforma, se encuentran algunos ejemplos tempranos correspondientes al Preclásico Tardío. Se trata de esculturas ensambladas y sobrepuestas o adosadas en los edificios, las cuales fueron elaboradas por medio de la técnica de tallado o esculpido combinada con modelado en mortero o estuco.
Ejemplo de esta asociación y dependencia entre la escultura y la arquitectura es el personaje representado en el monumento No. 34 y algunos fragmentos de extremidades humanas modelados en estuco encontrados en los Edificios No. 2 y 14, que posiblemente estuvieron adosados a la arquitectura entre el 300 a.C. y el 250 d.C., de manera muy semejante a la escultura adosada a la crestería de la Estructura 33 de Yaxchilán y que en Moral-Reforma fue retirada, mutilada y posteriormente depositados como ofrenda en un momento de cambio hegemónico en el sitio, la cual posteriormente quedó cubierta por el desarrollo constructivo posterior.
No obstante la mayoría de las obras escultóricas encontradas en el sitio, corresponden al complejo altar-estela ampliamente reportado en el área central maya; estos ejemplos de escultura tallada marcan el inicio de la separación física respecto de los elementos arquitectónicos, aunque continuaron manteniendo una vinculación conceptual con el edificio asociado.
En los inicios del periodo Clásico los escultores del Moral-Reforma inician la elaboración de monumentos lisos, que paulatinamente fueron depurando las formas geométricas, hasta obtener estelas rectangulares y altares circulares de contornos mejor definidos y superficies lisas.
Los mayas denominaban a las estelas como lakamtun que significa “estandarte de piedra” cuyos antecedentes podrían encontrarse en los estandartes verticales que se observa en algunos grafitis mayas. Las estelas tenían como función trasmitir la ascendencia de los dignatarios mayas, su poder militar y divino, su riqueza, prestigio, consagrando este tipo de monumentos a su persona, por lo que eran remplazadas en cada sucesión en el poder. En cambio la manufactura de altares circulares posiblemente inspirados en árboles talados y que tal vez funcionaron como piedra para el sacrificio, tronos para los gobernantes o como pedestales rituales En Moral-Reforma se han localizado hasta ahora 22 altares circulares y 16 estelas entre piezas completas y fragmentos. Algunos ejemplares de este binomio llamado complejo estela-altar se encuentran espacialmente cercanos y en su mayoría son monumentos lisos, solo se tienen registradas siete estelas y un altar con inscripciones en las que se muestran representaciones antropomorfas correspondientes a altos dignatarios acompañadas por glifos que narran su trascendencia histórica y política, como por ejemplo la estela No. 4 que contiene información sobre las alianzas políticas del soberano del sitio “Cráneo de Halcón”.
Las estelas y altares lisos pudieron estar estucados, pintados, envueltos en tela o erigidos durante los kines (días) intermedios carentes de registro histórico para los mayas y por ende sin inscripciones, pero también pudieron ser vestidos con elementos alegóricos dependiendo el tipo de ceremonia. En Moral-Reforma existe evidencia de recubrimiento de estuco en uno de los altares circulares (Monumento No. 36) localizados en la fachada sur del Edificio No. 14, se observa una capa de estuco que cubre la superficie alisada de la roca caliza en que fue esculpido. Aunque no se descarta la contemporaneidad de estos monumentos lisos con los escasos ejemplos de estelas y altares con inscripciones hasta ahora encontradas en el sitio, es posible que estas últimas correspondan al Clásico Tardío (Fase Moral 600- 800), lapso en que la elite de Moral Reforma celebró alianzas políticas con los señoríos de Calakmul y Palenque, referidas en la Estela No. 4 y que según Guillermo Bernal este monumento pudo ser obra de un escultor palencano, realizada por orden de K´inich Kan B´ahlam señor de Palenque para celebrar la tercera entronización de “Cráneo de Halcón” señor de Moral-Reforma, un día después de la inauguración del Templo de Las Inscripciones en Palenque.