De planta rectangular, la banqueta del templo de Tepoztécatl -la estructura principal del santuario- se adosa a los muros norte, este y sur del interior del mismo. Está decorada con relieves y funcionó posiblemente como altar o asiento donde se colocaba la efigie o el bulto sagrado de Tepoztécatl.
Al igual que las pilastras, la banqueta es un claro ejemplo del sistema de comunicación no verbal que se utilizó en el Posclásico, pues a través de los diferentes signos construían todo un discurso. Algunos hacen referencia al dios Tepoztécatl, otros hablan del sacrificio y otros más aluden a las responsabilidades y el poder de los gobernantes. En ellos se observan chorros de agua y sangre, el "atl chinolli", es decir, el agua quemada que simboliza la unión de las fuerzas frías, terrenales y femeninas con las fuerzas calientes, celestes y masculinas que daban vida al universo.
Entre los signos relacionados directamente con el poder de Tepoztécatl destacan las hachas, la olla de pulque, su escudo y el tocado. En cuanto al sacrificio, sobresalen el cráneo del tzompantli, la cuerda del sacrificio, los adornos de papel, la bolsa de copal, la rodela, las banderas blancas y la cabeza decapitada. Por último, los elementos asociados al poder de los gobernantes son el jaguar con plumas, la garra de Tepeyóllotl ("corazón de la montaña", el dios jaguar), las diademas reales (con signos de turquesa y banderas), la penitencia y las espinas de maguey.
Signo 2. Es el primer elemento de la banqueta que se advierte actualmente, si bien le falta el extremo derecho, donde estaba la mitad del signo del jaguar. Representa una extremidad (una garra o un pie) decorada con cinco manchas, como las del jaguar y el ocelote. La extremidad está herida a la altura del tobillo, de donde brota sangre. El muñón está ornamentado con una línea de cuatro plumones. A la izquierda hay tres chorros de agua que "empujan" o "arrastran el signo". También se contempla un dios, que es hombre y jaguar al mismo tiempo; simboliza las fuerzas telúricas que forman parte del cerro de Tepoztécatl.
Signo 3. Consta de dos círculos concéntricos, como cuentas de concha o jade. De él cuelga un festón compuesto por una barra curva, a manera de ceja invertida. Debajo de este motivo se encuentran cinco cuentas de concha. Más abajo pende otra cuenta mayor que las cinco anteriores y ligeramente más pequeña que la central. Por último, parece que cuelgan dos plumones (es imposible precisarlo porque están muy deteriorados). Detrás de este signo hay ocho chorros de algún líquido, rematado por cuentas de concha. Por su forma y por el hecho de que carece de la línea central con la que se decoraba la representación del agua, se trata de un chorro de sangre arrastrando hacia el centro todos los elementos visibles en esta cara de la banqueta. El elemento central (chalchíhuitl) hace referencia a una cuenta de jade y, por ende, a lo precioso, de tal manera que el signo puede interpretarse como "la sangre preciosa".
Signo 4. Consiste en el costado izquierdo de un cráneo, con un ojo y una ceja en la parte superior. Se advierte una perforación de la cual brotan tres chorros de sangre, también decorados con cuentas de concha. Dicha perforación corresponde a la que se hacía para colocar los cráneos en el tzompantli. Uno de los chorros tiene un motivo adicional: cuatro pequeños plumones que cuelgan de la cuenta.
Signo 7. Hacha de piedra cuyo mango está decorado con cuatro moños de papel, formando un solo arreglo. En la parte superior se percibe una piedra que atraviesa el mango y que es, a la vez, el filo del hacha. Esta herramienta la portan los dioses del pulque y es parte del atuendo de Tepoztécatl. Arriba y abajo se aprecian dos volutas que la rodean y sangre que la arrastra hacia el centro de la banqueta.
Signo 8. Escudo rectangular en cuyo campo se observa un elemento en forma de "U"; representa a la vez una olla, un hueso y, lo más importante, el cuerpo de la luna. Los antiguos habitantes consideraban que la luna era una olla rellena de agua y el hueso de una cadera, y en ella vivía un conejo. Tanto la luna como el conejo están muy asociados al pulque. De ahí que los dioses del pulque porten una nariguera lunar en la nariz y en el escudo. En la parte baja del rectángulo externo hay dos hileras de plumas que decoran el escudo. Detrás del mismo aparecen cuatro saetas o flechas, que indican la condición del dios como guerrero. En la parte alta del escudo se alcanza a percibir un banderín rematado con largas plumas, igual que en la imagen del códice.
Signo 9. Adorno de papel a manera de "borlas" y con una gaza (lazo) en la parte superior. Se trata una vez más de la decoración que llevaban las personas que serían sacrificadas.
Signo 10. Bolsa de copal con un nudo en el área de la jareta. Este objeto se utilizaba para las actividades sacerdotales. En el extremo derecho del signo se nota una corriente de agua rematada por cuentas de concha. Se observa también que está brotado sangre de la bolsa, lo que apunta al atl-tlachinolli, unión de los contrarios que genera la vida y el movimiento.
Signo 11. Hermano del signo 3. En este caso se trata de una cuenta de concha o jade, de la cual brotan nueve chorros de agua. Es más sencillo que aquél, ya que carece del festón que cuelga de la cuenta. El agua y la sangre arrastran hacia el centro todos los elementos de la banqueta.
Signo 13. Sólo se conserva la mitad de este signo, que consiste en una rodela o chimalli blanca (sin ninguna divisa). Detrás se encuentran dos elementos diferentes: una pequeña bandera (pantli) también blanca y un grupo de cuatro saetas con las puntas hacia abajo y las plumas hacia arriba. La rodela pertenece al conjunto de elementos que hablan del sacrificio.
Signo 14. Representa una cabeza, muy probablemente decapitada, con ojos entreabiertos, nariz muy prominente, boca semiabierta y un posible bezote. Incluyen dos líneas verticales, las cuales pueden estar indicando pintura facial o inclusive que la cabeza está hecha de piedra o de algún material rugoso. Detrás de la cabeza brotan dos chorros de sangre.
Signo 15. Hacha de pedernal con un ojo estelar en la punta del mango. Este último está decorado con un moño cuádruple del cual penden dos borlas. Se trata del hacha que porta el dios Tepoztécatl, detrás de la cual se aprecian al menos cuatro chorros de sangre.
Signo 19. Hacha con la cabeza muy ancha y rematada por un ojo estelar. Al igual que en los casos anteriores, posee un adorno de papel con cuatro mozos y un festón al final. Detrás de este signo hay tres chorros de sangre y humo.