Se ubica al noreste de Tetitla y su nombre significa "en el muro de piedra junto al agua". La parte explorada se conforma de varios niveles: en uno de ellos se encuentra el Patio Blanco, conformado por tres templos que datan de las etapas tempranas de la ciudad, entre los años 300 y 400 d.C. En un nivel constructivo superior está el Patio Rojo, integrado por aposentos construidos sobre basamentos piramidales y un colorido altar. La decoración de los basamentos y muros laterales del patio está relacionada con la actividad militar.
Fue encontrado en los muros del Pórtico 2 del Templo Este, en el Patio Blanco; la escena se refiere a una procesión de coyotes y jaguares que caminan uno detrás del otro; en los murales 1 y 4 un jaguar reticulado va delante de un coyote, orientados hacia afuera; en los murales 2 y 3 el coyote va seguido del jaguar y se dirigen hacia la puerta central.
Los coyotes están delineados por delgadas líneas rojas intensas y claras, en su cuerpo hay líneas cortas continuas que simulan la piel del animal; en sus codos hay mechones de largo pelo y en el lomo, las patas y la cola se observa una franja de pequeñas plumas triangulares; el tocado consta de una diadema con plumas largas y pequeñas en forma de abanico. Los jaguares tienen el cuerpo reticulado incluyendo las patas y la cola; la parte superior de esta, su lomo y el perfil posterior de sus patas llevan adornos similares a los de los coyotes; la diferencia entre ambos es la forma de su hocico, nariz y ojos: los belfos de coyote son alargados, estos animales muestran la nariz abultada y sus dientes son pequeños, en tanto que el hocico del jaguar es más corto, los colmillos más curvos y tiene una lengua bífida. Cada mural va enmarcado con una cenefa delimitada por delgadas líneas paralelas.
Fuente, Beatriz de la (coord.), 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM/IIE.
Este mural fue hallado en el lado sureste del conjunto, durante las excavaciones de 1994. Se trata de dos fragmentos en color rojo que representan aves con alas extendidas y cabezas de polluelos alrededor del cuerpo. Ha sido cubierto para futuras investigaciones.
Fuente, Beatriz de la (coord.), 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM/IIE.