Se compone por la Gran Pirámide del Sol, una destacada plataforma, una plaza rectangular, que además concentra tres pequeños templos y un adoratorio, una unidad administrativa y un área residencial, Todos estos elementos crean uno de los espacios urbanos más complejos y monumentales de la América prehispánica.
Se trata de una serpiente en espiral; en su centro la cabeza estilizada se mira de perfil; por encima y a la izquierda está la cola exhibiendo tres crótalos geometrizados, de sus rasgos se aprecia el ojo compuesto de tres círculos concéntricos, de éste desciende un apéndice inclinado, la boca está abierta y en su interior se reconocen apuntados dientes, la oreja es, al igual que la boca, una especie de trompa, una amplia voluta.
La cabeza, en efecto, no parece la de una serpiente, es un animal fantástico; el cuerpo es una ancha franja seccionada por líneas escalonadas, en tramos rojos y amarillos, una banda azul oscuro la contornea. Por fuera, siguiendo el esquema del cuerpo serpentino, le sirve de marco un diseño de grecas escalonadas -alterna una roja y una amarilla- que terminada dejando espacio para la representación de los crótalos. Llevaba cenefa de diseño de grecas escalonadas limitada por bandas con triángulos rojos y amarillos, el estilo esquemático y geométrico difiere notablemente de los tiempos "clásicos" teotihuacanos.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
Se aprecian grandes ojos compuestos por anillos concéntricos y pupilas excéntricas, en la parte media central del anillo interno; al centro, donde se juntan los dos anillos se levanta la antena de la mariposa figurada en espiral, lleva el perímetro rojo y el fondo rosa, destaca una forma semiovalada en verde claro.
El cuerpo se compone por una mano humana derecha que parece sostener en lo alto dos meandros y, a cada lado, una banda estrecha que se curva hacia abajo y termina en un apéndice apuntado; el puño de la mano está cubierto por una banda de nudo en verde y un colgante azul, toda ella sobre una superficie rectangular en tono rosa; las alas esquemáticas muestran diseños verdes en su interior, tienen remetimientos hacia el lado interno y en el diseño de la parte baja llevan líneas verticales paralelas; a ambos lados del cuerpo de la mariposa hay diseños policromos cuya forma es irreconocible.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
Es un personaje descendente con las alas extendidas que rematan con pequeñas cabezas de ave que tienen un pico fuerte y ganchudo y una cresta de pequeñas plumas; debajo de su rostro hay una especie de guirnalda -formada por lo que parece ser hojas de maguey- que se prolonga por debajo de las alas.
Este personaje porta un faldellín o capa de plumas a cuyos lados aparecen nuevamente las cabezas de aves, se aprecia además su pie izquierdo que calza una sandalia; su rostro está enmarcado por un yelmo con forma de una figura zoomorfa frontal, el pico está dirigido al centro, tanto en la parte superior como en la inferior, sus fosas nasales parecen más de un felino que de una ave, los ojos del yelmo están coronados por plumas. La boca del personaje tiene forma trapezoidal y muestra su dentadura; lleva anteojeras rectangulares y una máscara bucal escalonada.
Encima del yelmo y de los extremos de los ojos surge un medio círculo que muestra en su interior estrellas de cinco puntas; hacia abajo esta su mano derecha, de la que brota una corriente; por encima de su cuerpo brota una planta que se extiende hacia los extremos, las hojas tienen forma puntiaguda y son las mismas en cada tallo excepción de aquellos que tienen flores, en ellas aparecen distintos elementos de remate: una figura rectangular de la que caen tres gotas, dos barras paralelas separadas por un entrelace y otros elementos que no se pueden apreciar claramente.
En el espacio entre la cenefa, el personaje y cerca de la planta se aprecian mariposas y un ave con el cuello largo y torcido; la cenefa está formada por bandas de entrelaces: una de ellas se compone de la secuencia de lo que parecen elementos florales y la otra por ojos y rayos dentados que alternan.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
Se trata de una cenefa limitada en su perímetro externo por una banda de volutas cuyas curvas hacia adentro, se encuentran en el centro. En la superficie interior alternan, sobre fondo rojo oscuro, diseños polilobulados con estrellas de cinco puntas; en el espacio interno de tales diseños se repiten las estrellas de cinco puntas parte de las cuales salen formas apuntadas y radiales en color rojo oscuro.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en MéxicoTeotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
El centro del mural y de la composición se marca por el tallo de un maguey que se sobrepone al cuerpo del jaguar, cuya cabeza se compone de dos perfiles, tiene ojos redondos, fauces abiertas que muestran colmillos en la encía superior y una lengua bífida con extremos curvos hacia adentro; dos secciones componen su tocado -cada una corresponde a un perfil de la gran cabeza- y un medio abanico compuesto de largas plumas que se yergue de un portatocado de triángulos encontrados.
La superficie del cuerpo del felino está decorada con entrelaces, la pata delantera izquierda se posiciona adelante y la derecha se abraza al tallo del maguey, sólo se observa de perfil la pata trasera derecha, la cola se curva y desciende sobre lo que resta de una banda con estrellas en el interior que simula agua, donde posa un felino.
El tallo de la planta se yergue y divide en tres ramas: dos hacia los lados y una en el centro, de las tres ascienden flores de cuatro pétalos a las que se sobreponen otras flores de perfil que muestran la corola y el pétalo, en su interior llevan tres discos y tres ojos, en lo alto se aprecian líneas onduladas paralelas. A los lados de estas flores compuestas se colocaron, a cada lado, tres bandas con ojos en su interior que bajan serpenteando; en los espacios entre las bandas y el felino se ven mariposas con las alas extendidas y un ave de perfil con una gran vírgula que sale de su pico.
La escena se encuadra por una cenefa, formada de símbolos compuestos por flores cuatro pétalos en cuya parte interior se adosan y alternan conchas de distinto tipo, caracoles seccionados y completos.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
Es una gran figura simbólica representada de frente, en lugar de rostro tiene una especie de escudo que en su interior lleva círculos concéntricos y un disco al centro enmarcado por líneas dobles y entrelazadas, rodeadas por otro anillo exterior compuesto por un diseño de plumas curvadas en la misma dirección; por encima del escudo se extiende como gran abanico un enorme tocado que se constituye de las siguientes partes: la más baja, por encima del escudo, se forma de una hilada de lengüetas apuntadas hacia abajo; por encima se extiende una banda que se curva en los extremos y en cuyo interior se nota, en sentido horizontal, una hilera de discos; en un nivel más alto se observa una banda más amplia que la inferior, sigue la misma curvatura y se decora en su interior con una hilada de gotas; otra banda estrecha repite la forma y el diseño, con una serie de discos en dirección horizontal.
Al centro y a lo alto de las bandas antes dichas, se aprecia una especie de recuadro en cuyo interior se observan discos, una silueta en forma de banquillo de la cual se levantan y curvan hacia afuera, cuatro apéndices que simulan colmillos. El recuadro se limita en lo alto por dos bandas dos bandas curvas: la interna lleva discos y la externa triángulos en dos tonos de rojo. A los lados de la parte baja, que semejan las fauces abiertas de un animal, se extiende a cada lado y en sentido horizontal, una placa con apéndices apuntados.
Enmarcando las secciones del tocado arriba mencionadas, se aprecian bandas en sentido diagonal con discos y triángulos en su interior, de ellos bajan tres gotas a cada lado; dos penachos de plumas, uno a los lados de las secciones bajas y otro en lo alto dan realce a un tocado magnífico.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
En el fragmento se aprecia una imagen felina cuya cabeza esta de perfil y viendo hacia el lado derecho; los brazos y piernas con sus respectivas garras, parecen estar de frente abrazando el tallo de planta que se ha identificado como maguey, en tanto que su cola erguida se curva hacia la derecha de modo convexo.
La cara del felino tiene un ojo elíptico, la oreja erguida, la nariz chata mostrando la fosa nasal y las fauces entreabiertas con dientes y colmillos en la encía superior; la cabeza, extremidades, cuerpo y cola del jaguar tienen bandas entrelazadas o redes; en las extremidades y en la cola se ven formas semiovales con puntos en su interior.
Usa un tocado en forma de abanico, su base o portatocado es una banda de triángulos encontrados que sostiene largas plumas verdes; arriba de la cabeza del felino se levanta el tallo con las hojas de maguey, en lo alto se bifurca con dos ramas, una a cada lado de su centro, y de cada una de estas, se yergue un tallo que sostiene una flor de cuatro pétalos -el superior está oculto- con triángulos en su interior, y otra flor vista de perfil, con corola y pétalos en cuyo interior van dos discos y tres ojos dirigidos hacia arriba, por encima de los pétalos se ven líneas paralelas onduladas y una amplia banda roja en forma de abanico; como formando parte de esta sección de la planta de maguey, por ambos lados, descienden bandas onduladas con ojos en su interior, de la rama derecha bajan cuatro gotas con sus respectivos ojos.
El fragmento se enmarca por una cenefa compuesta de conchas bivalvas y caracoles, que ocultan el pétalo inferior de la flor cuatripétala en su parte alta; en el lado izquierdo de la cenefa se aprecian restos de conchas, caracoles y una mano que sale de las flores de cuatro pétalos, en la parte externa se ven restos de una franja con volutas.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
Dos figuras humanas vistas de perfil, ambas con un pie detrás del otro y sosteniendo en su mano un cuchillo curvo que hiende por el centro de una imagen parecida a un corazón seccionado, del que penden cinco gotas.
Pocos elementos de la figura humana son visibles: un collar de cuentas circulares, los pies que van uno detrás del otro, y calzados con sandalias, del rostro se aprecian grandes arillos en torno a los ojos y la mano izquierda se eleva para tomar un cuchillo curvo; el tocado o yelmo, que enmarca el rostro de perfil, es el pico de un ave con ojo y plumas, tiene una sección horizontal con estrellas en su interior, limitada por una banda de petalillo y triángulos rectos en dos tonos de rojo.
Por encima se yergue un penacho de plumas largas que forman la silueta de medio abanico; por debajo y hacia atrás de la cabeza de la figura humana, se extiende otro haz de cuatro plumas del que desciende una clase de banda o corriente con diseños simbólicos en su interior.
Del vestuario del personaje se aprecia una especie de capa compuesta por distintas secciones: una voluta extendida que pareciera la articulación del ala de un ave; por debajo de esta última una banda con diseños circulares; después otra banda de triángulos encontrados en dos tonos de rojo; de mayor amplitud que las anteriores una banda formada por plumas; y finalmente en lo bajo, otra banda de flecos en forma de X.
La cenefa que limita el diseño es distinta en los dos lados verticales, en el extremo derecho se constituye de cinco bandas rectas que se desplazan en sentido vertical y en lo alto se doblan en dirección horizontal: una de estas bandas, en el interior, es una franja lisa de color rojo claro, la siguiente, hacia afuera, es una banda con una hilada de huellas de pies que siguen una misma dirección; otra en el exterior es semejante a una banda de estrellas de cinco puntas y un disco central; otra banda se conforma de triángulos apuntados en dos tonos de rojo.
Por último una banda formada por una hilada de plumas; una forma rectangular -en la parte más baja- de la que descienden cuatro plumas curvas y largas, recoge las bandas antes descritas. En el otro extremo de la cenefa las bandas varían en su diseño interior: destacan ondas de agua en sentido vertical, huellas de pies y plumas que terminan en una cabeza zoomorfa que ve hacia abajo.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.
En el fragmento de este mural se reconoce además de las bandas rectas dobladas en espiral con las hileras de discos en su interior, la figura de un ave vista de frente; sus ojos son círculos concéntricos, compuestos de bandas de distintos colores, el ave se ve por encima de un disco .¿escudo o rodela?- en cuyo centro esta puesta una estrella de cinco puntas, y la circundan estrechas bandas azul y amarilla, otra banda más amplia con plumas en su interior forma la banda externa del disco.
Fuente, Beatriz de la, coord., 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM / IIE.