Templo de los Caracoles Emplumados
En este recinto se encuentra un basamento piramidal construido con muros en talud y tablero, en cuyas fachadas están representadas varias aves en procesión distribuidas en cuatro tableros policromados. Al frente, en un espacio poco explorado, puede observarse un edificio decorado con discos rojos. Sobre este basamento se muestra la fachada casi completa de un templo con representaciones en bajorrelieve de flores de cuatro pétalos y grandes caracoles emplumados, figuras que van pintadas directamente sobre la roca.
Tablero con ave
Son cuatro los elementos que conforman la figura principal de este mural, localizado en el Templo de los Caracoles Emplumados. El primero es propiamente el ave, el segundo es una banda dividida en tres secciones que continúa la extensión del pico y representa una corriente de agua, el tercero son gotas que descienden de una corriente, y el cuarto es una flor amarilla al final de la banda.
El ave es verde, delineada con negro. Está pintada sobre un fondo rojo-naranja y extendida en sentido horizontal; tiene el aspecto de una guacamaya o loro por su pico grande, fuerte y ganchudo que se entreabre dejando ver la lengua. Por arriba y por detrás de los ojos, plumas cortas y anchas delimitan el perímetro de la cabeza; en el cuerpo se distinguen dos secciones de plumas: las cortas son de las alas recogidas y están enmarcadas en lo bajo por una banda sinuosa, que termina en voluta y subraya la base del ala, mientras que las largas de la cola se extienden en sentido horizontal.
La banda o corriente de agua, que sale por detrás del ave, es amplia y se divide en tres secciones paralelas que se extienden de manera curva entre el pico del ave y la flor de tres pétalos. Las secciones alta y baja son de color verde oscuro, la de en medio muestra restos de color verde claro sumamente degradado. Al nivel de la curvatura de la banda se aprecian tres formas semiovales, posiblemente "ojos de agua". La flor vista de perfil tiene tres pétalos, semejante a una flor de lis; el pétalo central se dirige hacia arriba como punta de lanza con vértice redondeado, y los laterales se curvan a los lados. En la parte alta la bordea una estrecha banda verde y en la base una breve banda horizontal en forma de luna creciente.
Fuente, Beatriz de la (coord.), 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM/IIE.
El ave es verde, delineada con negro. Está pintada sobre un fondo rojo-naranja y extendida en sentido horizontal; tiene el aspecto de una guacamaya o loro por su pico grande, fuerte y ganchudo que se entreabre dejando ver la lengua. Por arriba y por detrás de los ojos, plumas cortas y anchas delimitan el perímetro de la cabeza; en el cuerpo se distinguen dos secciones de plumas: las cortas son de las alas recogidas y están enmarcadas en lo bajo por una banda sinuosa, que termina en voluta y subraya la base del ala, mientras que las largas de la cola se extienden en sentido horizontal.
La banda o corriente de agua, que sale por detrás del ave, es amplia y se divide en tres secciones paralelas que se extienden de manera curva entre el pico del ave y la flor de tres pétalos. Las secciones alta y baja son de color verde oscuro, la de en medio muestra restos de color verde claro sumamente degradado. Al nivel de la curvatura de la banda se aprecian tres formas semiovales, posiblemente "ojos de agua". La flor vista de perfil tiene tres pétalos, semejante a una flor de lis; el pétalo central se dirige hacia arriba como punta de lanza con vértice redondeado, y los laterales se curvan a los lados. En la parte alta la bordea una estrecha banda verde y en la base una breve banda horizontal en forma de luna creciente.
Fuente, Beatriz de la (coord.), 1995, La pintura mural prehispánica en México Teotihuacán, tomo I, México, UNAM/IIE.