La tradición de colocar el Altar de Dolores durante Semana Santa, arraigada en nuestro territorio desde hace casi 500 años, continuará en cinco recintos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuyas sedes fueron conventos virreinales en los siglos XVI al XVIII.
El Altar de Dolores se coloca una semana antes del Viernes Santo, para consolar a la Virgen María ante la pérdida de su hijo crucificado. A nuestro territorio, esta tradición católica llegó con los conquistadores españoles. En 1519, el fraile franciscano Bartolomé de Olmedo, que acompañaba a Hernán Cortés, instaló el primer altar del Nuevo Mundo en San Juan de Ulúa.