El Museo de El Carmen, en su afán de preservar el patrimonio intangible, presenta anualmente una exhibición temporal acorde con la época decembrina: El Nacimiento. Representación plástica de la Natividad de Jesús. A nivel bíblico, es en los Evangelios Canónicos donde se narra con sobriedad la adoración al Niño Jesús por los pastores y por los Reyes Magos; sin embargo, en los llamados Evangelios Apócrifos se relata con mayor detalle el mismo episodio, motivo por el cual estos últimos fueron los más consultados por los artistas en busca de inspiración para crear sus obras. Esta costumbre se extendió por el mundo católico, con la diferencia de que las representaciones ya no se hacían en tamaño natural, sino que produjeron figurillas de varios materiales como porcelana y madera. Actualmente las labores artesanales tienen un estrecho vínculo con las festividades religiosas. Ejemplo de ello son los nacimientos mexicanos, los cuales tomaron de los españoles dicha tradición, que tras la Conquista tomó nueva forma. De esta manera, los nacimientos adquirieron un carácter mestizo que expresó de manera magistral el sincretismo no sólo religioso sino estético. Pero no fue sino hasta el siglo XVIII que los nacimientos se popularizaron en España, y por lo tanto llegaron a la Nueva España.
El principal cambio que se dio en los nacimientos europeos al llegar a México fue la transformación de los pastores de Belén, convertidos en personajes populares tales como chinas poblanas, carboneros, aguadores, etcétera. Los nacimientos son una de las tradiciones que mejor reflejan el carácter del pueblo mexicano, y por lo mismo constituyen una tradición que no debe perderse.