San Felipe de los Alzati
Recibe este nombre en honor a los hermanos José María, Marcos y Darío Alzati, héroes que lucharon a favor de la causa republicana durante el imperio de Maximiliano.
Importante puesto de vigilancia y protección del territorio purépecha en la frontera con los mexicas, poblado ahí por otomíes, sus aliados, y ubicado en la cima del cerro Zirahuato y montañas adyacentes. Restos de airosas construcciones en medio de un gran verdor natural.
Sobre la zona
Floreció durante los siglos VIII al XV de nuestra era y formó parte de la misma cultura que se asentó en el valle de Toluca: la matlatzinca. Fuentes históricas, entre ellas la Historia antigua de México del jesuita Francisco Javier Clavijero, mencionan que esta región fue ocupada por dicho grupo, y la arqueología lo ha constatado. Por ello, el sitio no presenta los rasgos arquitectónicos característicos del área tarasca, como Tzintzuntzan e Ihuatzio. Aquí se carece de estructuras de planta mixta, y existen pirámides edificadas a base de cuerpos superpuestos con escalinatas al centro que conducen a plazas en diferentes desniveles.
Durante su época de esplendor, esta zona arqueológica ocupó una superficie de 52 hectáreas que se extienden más allá del área visitable, lo que la hace hasta ahora la más importante del oriente en el estado de Michoacán, además de ser el único sitio abierto al público por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en esta área. Su ubicación geográfica fue determinante en su momento dentro de la Mesoamérica precolombina.
La localidad tiene dos nombres en virtud de que los terrenos donde se localiza pertenecen a dos comunidades. Una es Zirahuato, que en tarasco significa “cerro frío”, y la otra San Felipe Calvario. Sin embargo, a finales del siglo XIX surgió la idea de agregar a los nombres indígenas o coloniales de los pueblos los apellidos de algunos héroes locales. Así, la primera se conoce como Zirahuato de los Bernal (por Félix y Arturo), y en San Felipe se eliminó Calvario y pasó a ser de los Alzati para honrar a José María, Marcos y Darío, personajes que lucharon heroicamente a favor de la causa republicana durante el imperio de Maximiliano. Los Alzati eran originarios del distrito de Zitácuaro; el coronel José María fue el hombre de confianza del general Vicente Riva Palacio, y combatió junto con sus hermanos por la república hasta obtener la victoria.
Los montículos aún sin explorar sugieren la existencia de un juego de pelota, así como palacios y zonas habitacionales, entre otros edificios. En 1963 hubo una primera intervención arqueológica en el sitio, cuando Román Piña Chan atendió una denuncia de saqueo efectuada en la parte superior de la cara norte, y a partir de 1973 se iniciaron las exploraciones formales bajo la dirección de los arqueólogos Otto Schöndube Baumbach, Ramón Carrasco y Estela Peña Delgado. Tanto las investigaciones arqueológicas como las etnohistóricas efectuadas a la fecha han permitido localizar cuatro conjuntos arquitectónicos, de los cuales están expuesto dos: la Pirámide Mayor y la zona habitacional.
El centro ceremonial se emplaza al pie del volcán de Zirahuato. La parte más baja del cerro tiene una altitud de 1,930 metros y la más alta 2,100 metros sobre el nivel del mar. En su construcción se aprovecharon las características topográficas del terreno, ya que sus estructuras se desplantan a partir de una elevación natural modificada por el hombre a base de muros de contención. El material empleado fue piedra de origen volcánico; hacia la parte exterior colocaron las planas, y en las escaleras y algunas esquinas usaron rocas trabajadas.
Por todo el sitio arqueológico se observan petroglifos donde la figura recurrente es la espiral, y también se puede apreciar en algunas de las caras de la pirámide principal; se cree que simboliza la observación del movimiento solar. Existe asimismo un símbolo jeroglífico que representa al importante señor del cielo y de la tierra, Tezcatlipoca, un referente entre la sociedad mexica.
Durante su época de esplendor, esta zona arqueológica ocupó una superficie de 52 hectáreas que se extienden más allá del área visitable, lo que la hace hasta ahora la más importante del oriente en el estado de Michoacán, además de ser el único sitio abierto al público por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en esta área. Su ubicación geográfica fue determinante en su momento dentro de la Mesoamérica precolombina.
La localidad tiene dos nombres en virtud de que los terrenos donde se localiza pertenecen a dos comunidades. Una es Zirahuato, que en tarasco significa “cerro frío”, y la otra San Felipe Calvario. Sin embargo, a finales del siglo XIX surgió la idea de agregar a los nombres indígenas o coloniales de los pueblos los apellidos de algunos héroes locales. Así, la primera se conoce como Zirahuato de los Bernal (por Félix y Arturo), y en San Felipe se eliminó Calvario y pasó a ser de los Alzati para honrar a José María, Marcos y Darío, personajes que lucharon heroicamente a favor de la causa republicana durante el imperio de Maximiliano. Los Alzati eran originarios del distrito de Zitácuaro; el coronel José María fue el hombre de confianza del general Vicente Riva Palacio, y combatió junto con sus hermanos por la república hasta obtener la victoria.
Los montículos aún sin explorar sugieren la existencia de un juego de pelota, así como palacios y zonas habitacionales, entre otros edificios. En 1963 hubo una primera intervención arqueológica en el sitio, cuando Román Piña Chan atendió una denuncia de saqueo efectuada en la parte superior de la cara norte, y a partir de 1973 se iniciaron las exploraciones formales bajo la dirección de los arqueólogos Otto Schöndube Baumbach, Ramón Carrasco y Estela Peña Delgado. Tanto las investigaciones arqueológicas como las etnohistóricas efectuadas a la fecha han permitido localizar cuatro conjuntos arquitectónicos, de los cuales están expuesto dos: la Pirámide Mayor y la zona habitacional.
El centro ceremonial se emplaza al pie del volcán de Zirahuato. La parte más baja del cerro tiene una altitud de 1,930 metros y la más alta 2,100 metros sobre el nivel del mar. En su construcción se aprovecharon las características topográficas del terreno, ya que sus estructuras se desplantan a partir de una elevación natural modificada por el hombre a base de muros de contención. El material empleado fue piedra de origen volcánico; hacia la parte exterior colocaron las planas, y en las escaleras y algunas esquinas usaron rocas trabajadas.
Por todo el sitio arqueológico se observan petroglifos donde la figura recurrente es la espiral, y también se puede apreciar en algunas de las caras de la pirámide principal; se cree que simboliza la observación del movimiento solar. Existe asimismo un símbolo jeroglífico que representa al importante señor del cielo y de la tierra, Tezcatlipoca, un referente entre la sociedad mexica.
Sabías que...
- La Pirámide Mayor es la estructura más alta explorada hasta ahora en el estado de Michoacán.
- Desde aquí se controlaba el paso de grupos de mercaderes para garantizar el comercio de productos del centro de México hacia Occidente y viceversa.
- También fue un punto estratégico para la defensa del territorio.
Información práctica
Lunes a domingo de 09:00 a 18:00 hrs. Último acceso 17:00 hrs.
$75.00 pesos
Se localiza al oriente del estado de Michoacán, cerca de Zitácuaro.
Desde la ciudad de Toluca tomar la Carretera Federal 15 con dirección a Zitácuaro. Pasando este poblado seguir a Curungueo y San Felipe Alzati, desde donde se continúa hasta llegar a la desviación a Zirahuato; un km adelante se encuentra el sitio.
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+52 (443) 312 8838
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Directorio
Jefe de la Zona Arqueológica
José Miguel Cabrera Arcos
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+52 (443) 313 2650, ext. 248004