Cerro de la Estrella
Recibe este nombre desde época novohispana por la hacienda que se encontraba en las faldas del cerro, conocida como Hacienda de la Estrella.
Habitado desde épocas muy tempranas, cobró relevancia porque ahí se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo, con la que se evitaba que el sol muriera. Se llevaba a cabo cada 52 años y se celebraron cuatro (en 1351, 1403, 1455 y 1507). La caída de Tenochtitlan impidió que la quinta pudiera efectuarse.
Sobre la zona
Este sitio arqueológico se localiza en la cima del Cerro de la estrella, en Iztapalapa. Los antiguos habitantes del Altiplano central denominaban a este lugar “Huizachtepetl”. Este sitio fue de suma importancia debido a que en él cada 52 años se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo o atadura de años (xiuhmolpilli), con el fin de regenerar el tiempo y al Sol.
Las investigaciones revelaron que este asentamiento tuvo una larga secuencia de ocupación, desde el periodo Preclásico (1000 a.C.) hasta la conquista de México en 1521. Los primeros pobladores del sitio se asentaron en las laderas del Cerro de la Estrella, estableciéndose en pequeñas aldeas con una incipiente agricultura. Entre el 600 y el 900 construyeron numerosas estructuras para atender el incremento de la población. Algunos cronistas como Bernardino de Sahagún, Toribio Benavente Motolinía y Juan de Torquemada mencionan la llegada de grupos chichimecas que se asentaron en la sección poniente del cerro entre el 900 y el 1300, fundando la ciudad de Culhuacán.
Alrededor del año 1300 los mexicas derrotaron a Azcapotzalco y expandieron su dominio político al área colhua, sometieron a sus habitantes y fundaron el pueblo de Iztapalapa que, junto con el de Culhuacán, tenía la función de resguardar la entrada sur de Tenochtitlan y proporcionar alimentos a los habitantes del centro.
Las primeras exploraciones y trabajos arqueológicos se realizaron de 1974 a 1975, dirigidas por Jorge Acosta. En 1976 se realizaban trabajos por parte del Departamento del Distrito Federal en las faldas del cerro y al realizar la cimentación descubrieron los vestigios de un piso estucado, muros y restos de cerámica. Las investigaciones del cerro arrojaron la existencia de una cista construida con cráneos alineados como piedras, junto con restos de infantes. Llama la atención que los huesos muestran raspaduras e indicios de haber sido quemados como si los niños hubieran sido desmembrados y consumidos ritualmente. El estuco que cubría las banquetas contenía restos óseos y entre los escombros que cubrían la pirámide se rescataron fragmentos de cestería, sahumadores, cuentas de piedra verde, cascabeles de cobre y un silbato de piedra verde. Bajo el piso de la terraza, que se construyó frente a la pirámide, se localizó una caja de barro cocido que contenía una cabeza de Xipe Totec.
Las investigaciones revelaron que este asentamiento tuvo una larga secuencia de ocupación, desde el periodo Preclásico (1000 a.C.) hasta la conquista de México en 1521. Los primeros pobladores del sitio se asentaron en las laderas del Cerro de la Estrella, estableciéndose en pequeñas aldeas con una incipiente agricultura. Entre el 600 y el 900 construyeron numerosas estructuras para atender el incremento de la población. Algunos cronistas como Bernardino de Sahagún, Toribio Benavente Motolinía y Juan de Torquemada mencionan la llegada de grupos chichimecas que se asentaron en la sección poniente del cerro entre el 900 y el 1300, fundando la ciudad de Culhuacán.
Alrededor del año 1300 los mexicas derrotaron a Azcapotzalco y expandieron su dominio político al área colhua, sometieron a sus habitantes y fundaron el pueblo de Iztapalapa que, junto con el de Culhuacán, tenía la función de resguardar la entrada sur de Tenochtitlan y proporcionar alimentos a los habitantes del centro.
Las primeras exploraciones y trabajos arqueológicos se realizaron de 1974 a 1975, dirigidas por Jorge Acosta. En 1976 se realizaban trabajos por parte del Departamento del Distrito Federal en las faldas del cerro y al realizar la cimentación descubrieron los vestigios de un piso estucado, muros y restos de cerámica. Las investigaciones del cerro arrojaron la existencia de una cista construida con cráneos alineados como piedras, junto con restos de infantes. Llama la atención que los huesos muestran raspaduras e indicios de haber sido quemados como si los niños hubieran sido desmembrados y consumidos ritualmente. El estuco que cubría las banquetas contenía restos óseos y entre los escombros que cubrían la pirámide se rescataron fragmentos de cestería, sahumadores, cuentas de piedra verde, cascabeles de cobre y un silbato de piedra verde. Bajo el piso de la terraza, que se construyó frente a la pirámide, se localizó una caja de barro cocido que contenía una cabeza de Xipe Totec.
Sabías que...
- Los mexicas concebían el universo como una gran flor de cuatro pétalos, en el centro de la cual se encontraba la gran Tenochtitlan. Cada pétalo representaba uno de los cuatro puntos cardinales.
- Cada 52 años, cuando coincidía el inicio de los calendarios solar y lunar, la clase sacerdotal realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo, esto evitaba “la muerte del Sol”, lo cual ocasionaría una oscuridad total en el universo.
- De acuerdo con las investigaciones, los colhuas fueron los primeros en utilizar la cima del cerro para realizar la ceremonia del Fuego Nuevo o Toxiuhmopolli.
Información práctica
Martes a domingo de 09:00 a 17:00 hrs.
Entrada libre
Se localiza al sureste de la Ciudad de México, en la cima del Cerro de la Estrella en la delegación Iztapalapa.
Por la Calzada Estrella, muy cerca al cruce de la Calzada Ermita Iztapalapa y la Av. Javier Rojo Goméz.
Metro Linea 8, estación Iztapalapa- Cerro de la Estrella.
Servicios
-
+52 (55) 55 22 44 46
Directorio
Subdirectora de la Dirección de Estudios Arqueológicos
Laura Castañeda Cerecero
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+52 (55) 55 22 41 08, ext. 413401