Filiación cultural
Totonaca
El totonacapan
El totonacapan (En náhuatl significa “Donde hace calor” y en lengua totonaca el significado es “Tres corazones”) es una amplia región que abarca varios municipios de los Estados de Veracruz y Puebla; su frontera cultural se ubica sobre la ribera del río Cazones (Poza Rica); al sur el río Huitzilapan o La Antigua; al oriente el Golfo de México y, hacía el poniente la Sierra Norte de Puebla, en los lugares de Huitzila; de ahí hasta Pahuatlán, Acaxochitlán y Zacatlán; de aquí nuevamente a Jalacingo y Atzalan hasta la desembocadura del río Huitzilapan. Aun cuando se considera que la región de Papantla es totonaca, como la más identificada de esta cultura, lo cierto es que se escucha también el náhuatl ya que hacía 1461 la triple alianza, última confederación de estados indígenas del valle de México, formada por México Tenochtitlan, Texcoco, y Tlacopan se asientan en la región, separando el totonacapan de la Huaxteca, al norte del área totonaca.Este espacio interregional y cultural fue asiento de diversos pueblos y ciudades en diferentes momentos. No obstante, los totonacos parecen tener una presencia bastante tardía, hacía el año 800 años d.C. Elementos escultóricos como el hacha, yugo y palmas son característicos de esta región. El juego de Pelota fue ampliamente utilizado en algunos asentamientos, como en el Tajín en donde se han localizado más de 20 construcciones de este tipo. En algunos otros la característica distintiva es la existencia de cementerios sobre el “Cerro de los Metates”, frente a lo que fue la antigua Villa Rica de la Veracruz.
Las características arquitectónicas totonacas que resumen los arqueólogos son la utilización de elementos “Tajinescos” como las cornisas, además de los frisos con grecas y columnas; de los cuales sus exponentes más claros se observan en Tajín, Paxil Misantla, y Cuajilote, en los actuales municipios de Papantla, Misantla, y Tlapacoyan, respectivamente, en el estado de Veracruz. La disposición junto a arroyos, ríos, sobre cerros o acondicionando espacios alejados de corrientes de agua, dan cuenta, junto con el trazo, el tipo de arquitectura y espacios, del uso y estatus social del asentamiento prehispánico, además de que todo el totonacapan soportó su economía en el uso de la agricultura como base de sustento.
En la Sierra Norte del Estado de Puebla, en Yohualichan, en el Municipio de Cuetzalan, se puede observar la presencia del nicho como representación simbólica de cuevas, de las cuales, en la región son abundantes. De hecho hay tres sitios arqueológicos (dos de ellos abiertos al público: Tajín y Yohualichan) que comparten la arquitectura del nicho. El nicho de Yohualichan, en donde fue utilizado como representación de las numerosas cuevas, en el Tajín es magnificado como elemento decorativo. Otros sitios interesantes correspondientes a la cultura totonaca son los de Cuyuxquihui, en el municipio de Papantla y, hacia el sur los sitios arqueológicos de Las Higueras y de Cempoala, en el municipio de Vega de Alatorre y Úrsulo Galván respectivamente.
Dentro de estos límites geográficos fueron compartidas algunas características culturales por sus habitantes, principalmente la lengua totonaca y la náhuatl, la semejanza en los cultos, algunas fiestas y rituales. Debe recordarse que, el territorio que los huastecos, totonacos, tepehuas, nahuas y otomíes habitaron, comprende desde el Eje Volcánico hacía la Sierra Madre Oriental, con una diversidad natural muy amplia que abarca desde el ambiente tropical, con abundancia de ríos, hasta el semidesértico.
Dentro de esta región se encuentran otros asentamientos como el de Castillo de Teayo cuya arquitectura es Mexica, aún cuando este asentamiento prehispánico posee un museo con esculturas con fuerte estilo huasteco, halladas en el lugar. Gran número de sitios arqueológicos han sido registrados en esta región totonaca, sin embargo no es posible visitarlos todos, aun cuando una muestra representativa lo es visitar Tajín, Cuyuxquihui, Paxil, Las Higueras, Quiahuiztlan y Cempoala. Sin embargo el recorrido le llevará a conocer también, a la par de los museos de sitio, la arquitectura e historia de los asentamientos prehispánicos abiertos al público, una gastronomía regional, así como diferentes danzas y festividades religiosas, representación, algunas, de antiguas ceremonias prehispánicas.