Filiación cultural
Chalchihuites
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Cultura arqueológica Chalchihuites

El concepto cultura Chalchihuites se refiere una serie de manifestaciones y sucesos relacionados, que a su vez representan, como unidad, la máxima expansión septentrional del área mesoamericana durante el periodo comprendido entre ca. 200-1400 d.C. Comprende una verdadera cultura fronteriza desarrollada por los grupos nómadas de cazadores-recolectores —llamados genéricamente chichimecas— que habitaban la semidesértica Mesa Central, y también por algunos pueblos semisedentarios de la cultura Loma San Gabriel, con los que mantuvieron relaciones simbióticas y sobre los cuales, al parecer, ejercieron cierto dominio e influyeron en su modo de vida.

Con base en amplias prospecciones que iniciaron en la década de los cincuenta del siglo pasado, encabezadas por el Dr. J. Charles Kelley, se sabe que el territorio ocupado por la cultura Chalchihuites se extendió desde el noroeste del actual territorio del estado de Zacatecas hacia el norte, cubriendo la porción meridional y occidental del de Durango.

Asimismo, investigaciones arqueológicas en dicho territorio, junto con fechamientos por radiocarbono, han permitido dividir la cultura Chalchihuites en dos ramas: una temprana, denominada Súchil (ca. 200- 950 d.C.), cuyos sitios se ubican en el noroeste de Zacatecas y el sur de Durango, y una rama tardía o Guadiana (875-1400 d.C.), cuyos componentes se encuentran desde Villa Unión, al sur de Durango, en el valle de Guadiana, hasta aproximadamente El Zape, en la porción septentrional del mismo estado.

La secuencia cultural para la rama y área Súchil comprende tres periodos, denominados, el más temprano, Formativo de Aldeas, seguido por el de Formación del Núcleo y el periodo Terminal, que se caracterizan por una o más fase cerámicas. Los sitios son de diferente tipo: desde rancherías pequeñas y aldeas agrícolas ubicadas cerca de las corrientes fluviales de la región, fortificaciones en las cimas de cerros y mesas, y extensos conjuntos mineros (abarcan alrededor de 800 minas), hasta centros ceremoniales como Alta Vista, Cerro Moctehuma, Cruz de la Boca y Cerro de las Víboras. Tanto Alta Vista como Cerro Moctehuma comparten una orientación única, ya que las esquinas de sus edificios se encuentran orientadas hacia las direcciones cardinales y se ubican muy próximos al Trópico de Cáncer, donde ocurre un solo paso cenital del sol en el solsticio de verano.

De acuerdo con las investigaciones y estudios arqueoastronómicos realizados, Alta Vista fue el centro de un complejo formado por tres sitios arqueoastronómicos (Cerro Chapín, Cerro Pedregoso y Picacho Pelón), anclado por los petrograbados de círculos-cruz presentes en Cerro Chapín, mismos que se han interpretado como dispositivos para computar el tiempo y que señalan un relación significativa con Teotihuacán, donde existen en número considerable.

Por su parte, la rama Guadiana representa la expansión de la cultura Chalchihuites hacia el norte dentro del actual estado de Durango, a partir de la zona nuclear del noroeste de Zacatecas, se considera que coincide con la declinación y colapso de la rama Súchil, ocurridos hacia el año 1000 d. C.

La secuencia cultural de la rama Guadiana se ha establecido casi únicamente con base en las investigaciones realizadas en el importante sitio de La Ferrería, ubicado en las inmediaciones de la ciudad de Durango, y se divide en cinco fases: Ayala (600/650-800 d.C.), Las Joyas (800/850-950 d. C.), Río Tunal (950-1150 d.C.), Calera (1150-1350/1400 d.C.) y Molino (1350-1450 d.C.). Las dos primeras son virtualmente idénticas y contemporáneas de las fases cerámicas del periodo Terminal en Alta Vista (fases cerámicas Calichal y Retoño, ca. 750-1000 d.C.).

Es durante la fase Ayala que aparecen las primeras evidencias cerámicas de contacto con las culturas de la costa oeste (área de Chametla), lo mismo ocurre en la etapa posterior, denominada Las Joyas. Los contactos e influencias se incrementan, como prueba el tipo cerámico de origen costero Lolandis, de borde rojo, que se produce en Durango en grandes cantidades. Lo anterior llevó a Kelley a sugerir una migración de gente de la costa oeste hacia las tierras altas de Durango, e indica que esta área se encontraba integrada dentro del Sistema Mercantil Aztatlán.

Fue precisamente en tiempos de la fase Río Tunal que la rama Guadiana alcanzó su máxima extensión geográfica, llegando al norte hasta el área de El Zape y al noreste hasta Villa Ocampo, en Durango, en ocupación dispersa y continuando su interacción con el Sistema Mercantil Aztatlán, evidenciada por la presencia de cerámicas policromas de Guasave y Sinaloa, pipas y artefactos de cobre, etc. En la fase siguiente, Calera, nuevas características foráneas fueron introducidas al área, entre ellas malacates tipo collar-botón. Finalmente, con base en una colección particular de piezas arqueológicas procedente del sitio Cañón del Molino, Kelley propuso en 1985 la terminal fase Molino, durante la cual los materiales Aztatlán son comunes en el sitio mencionado y el conjunto cerámico es claramente una combinación de rasgos cerámicos Chalchihuites y de la costa oeste.

 
Arqlgo. José Humberto Medina González
Coordinación Nacional de Arqueología INAH
Arqlga.  Baudelina L. García Uranga
Centro INAH Zacatecas 

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