La representación de la Iglesia como una nave se remonta al arte cristiano primitivo y es retomado por la Contrarreforma como uno de los elementos más ricos y vistosos para representar el triunfo de la Iglesia ante los protestantes. Al igual que el arca de Noé, que fue capaz de quedar a salvo en medio del diluvio, la Iglesia reformada quedó a salvo de los ataques de que era objeto. (1)
Ya san Ambrosio comparaba a la Iglesia con un barco, al mástil con la cruz y a la vela mayor con la Virgen. La nave va siempre segura, guiada por un ángel y movida por los doctores de la Iglesia. Bajo este esquema, la obra que nos ocupa está inspirada en el grabado editado en Milán bajo el título de Triunfo de la Fe y de la ley de la Iglesia católica certificada por sus cuatro evangelistas y sus apóstoles y sus principales doctores contra toda herejía y superstición del paganismo. (2)
El carácter de confrontación con los enemigos de la Iglesia queda marcado en esta obra con la frase Triunfus Ecclesiae, y que aparece en la vela de la nave, de acuerdo con el grabado modelo. En el mástil aparece Cristo junto a su Madre, que va sentada sobre la vela. Seis ángeles a sus lados portan los instrumentos de la Pasión y, sobre las nubes, los cuatro evangelistas pregonan el mensaje de Dios. Asimismo aparecen los santos fundadores de las principales órdenes religiosas, unidos a Cristo a través de las jarcias del mástil. En la proa se encuentran alguno santos contrarreformistas como san Ignacio de Loyola y san Francisco de Paula, quienes son guiados por san Miguel Arcángel. En la popa están los apóstoles guiados por san Pedro al mando del timón. Sobre el casco de la nave aparecen dos anclas, la Bona Voluntas y la Desiderium Paradisi y con los remos sobre la barcaza los doctores de la Iglesia: Gregorio, Ambrosio, Jerónimo, Agustín y Tomás de Aquino. Junto a ellos se encuentran dos barcos con herejes, de los cuales Lutero Calvino, Bessa, Arrius y Sabelius huyen a nado. Tres pequeñas barcas son remolcadas y completando el Triunfo de la Mística llevan personajes del Antiguo Testamento con los profetas, reyes y patriarcas. En los extremos, cuatro escenas representan el triunfo de la Fe ante el paganismo: el templo de Apolo y Hércules destruido y los tres jóvenes salvados del martirio del horno por haberse negado a adorar la estatua de Nabucodonosor; la conversión de los turcos en Constantinopla; la conversión de san Pablo frente a Damasco y por último la lucha ecuestre entre el emperador Heraclio y el persa Cosroes. (3)
(1) Santiago Sebastián López, Iconografía e iconología del arte novohispano, p. 29.
(2) Santiago Sebastián López, El barroco Iberoamericano, mensaje iconográfico, p. 106.
(3) Ibídem, p. 107.