La representación de esta escena se encuentra basada en el texto que narra: "Quedose Jesús con una de las divisiones del pan consagrado, la cual comió, comulgándose a sí mismo, para gozar de la inefable y nueva dulzura, y suavidad que le causó la unión sacramental de su carne consigo mismo en El, para luego destinar a Pedro para que llevase una de las porciones consagradas a su madre, y la comulgase con ella, y habiendo el apóstol satisfecho a esta acción, volvió a la mesa, y Jesús dio a los doce Apóstoles las porciones de pan consagrado con sus manos y todos comulgaron a un tiempo, quedando transformados en Jesús, para ser como él había dicho, cuando trato de la institución de este divino sacramento: Quien come la carne, y bebe la sangre de Jesús, queda convertido en Jesús, y Jesús vive y mora en él; a la manera que Jesús en el Padre y al Padre en Jesús". (1)
Miguel Cabrera representa en esta obra el momento en que Cristo da la comunión a Juan, su discípulo preferido, acercando a su boca un fragmento del pan ácimo, mientras que los demás apóstoles, en actitud de humildad, aguardan el sagrado alimento. Aunque no presenta firma, forma parte de la serie que decora la sacristía del ex colegio jesuita de Tepotzotlán. (2)
Aunque no presenta firma, forma parte de la serie que decora la sacristía del ex colegio jesuita de Tepotzotlán.
(1) Fernando de Valverde, Vida de Jesucristo..., p. 279.
(2) Pedro C. de Gante Tepotzotlán su historia y sus tesoros artísticos, pp. 185-186.