La obra se encuentra inspirada en el pasaje del Nuevo Testamento que narra, "Llegada la hora de la cena, púsose á la mesa con los doce Apóstoles, y les dijo: Ardientemente he deseado comer este cordero pascual, o celebrar esta pascua, con vosotros antes de mi pasión. Porque yo os digo, que ya no lo comeré otra vez, hasta que la pascua tenga cumplimiento en el reino de Dios" (San Lucas XXII, 14-16).
La celebración de la pascua entre los judíos se remonta a una época anterior a Moisés, como una festividad agrícola. Era una de las tres celebraciones durante las cuales todos los judíos devotos regresaban a Jerusalén para rendir culto en el templo. (1) Dicha pascua, según la ley "No la comerán ningún extrangero... Se comerá toda en casa y no sacrificaréis fuera de ella nada de sus carnes" (Éxodo XII, 43-46).
En esta obra Miguel Cabrera se apega a los preceptos dados en el Éxodo: presenta a los apóstoles "...calzados los pies y el báculo en la mano y comiendo de prisa ; es la pascua de Yahvé..." (Éxodo XII, 11). Cabrera sugiere la unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento con un altar ricamente decorado con cortinajes, dos velas encendidas y las tablas de la ley.
Obra consignada por Pablo C. de Gante. (2)
(1) Isaac Asimov, Guía de la Biblia, Antiguo Testamento, p. 125.
(2) Pablo C. de Gante, Tepotzotlán, su historia y sus tesoros artísticos, pp. 185-186.