La escena aquí representada se encuentra inspirada en el pasaje bíblico en el que Yahvé da las instrucciones para la construcción del arca de la alianza: "Bezalel hizo el arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo y uno y medio de ancho por uno y medio de alto. La revistió de oro puro por dentro y por fuera, e hizo en ella una moldura en derredor. Fundado para ella cuatro anillos de oro, poniéndolo a sus pies, dos a un lado y dos al otro, hizo las barras de acacia y las revistió de oro, y pasó las barras por los anillos de los lados para poder llevarla. Hizo el propiciatorio de oro puro de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho; y los dos querubines de oro, de oro batido haciendo un cuerpo con los dos extremos del propiciatorio, y los dos querubines salían del propiciatorio mismos en sus dos extremos; tenían las alas desplegadas hacia lo alto y cubrían con ellas el propiciatorio, de cara uno con el otro y con el rostro vuelto hacia el propiciatorio" (Éxodo, XXXVII, 1, 9).
Miguel Cabrera interpretó este pasaje bíblico y colocó a Dios Padre con el Espíritu Santo sobre su pecho al lado de Moisés, quien lleva en sus manos las tablas de la Ley, testimonio dado por Yahvé a su pueblo. Como señal de unión entre el Antiguo y Nuevo Testamento, el arca de la alianza está sobre un altar decorado con el cordero que descansa sobre el libro de los siete sellos y dentro del propiciatorio se ubica la hostia. La escena transcurre dentro del templo de Salomón con la columna salomónica envuelta por el paño de púrpura que alude a dicho elemento, bordado por la Virgen en su estadía en el templo. En un rompimiento de Gloria aparecen ángeles turiferarios con incensarios y angelillos en actitud de adoración. A deferencia de la descripción bíblica, en esta escena los querubines se encuentran adorando a la Eucaristía.
La obra se encuentra integrada a la decoración de la sacristía de la iglesia de san Francisco Javier en Tepotzotlán y con ella se inicia la serie de diez lienzos que muestra la institución de la Eucaristía. Obra consignada por Pablo C. De Gante.