Según asienta Manuel Trens, la advocación de la piedad es una creación del místico alemán Enrique Suso y monjas dominicas de aquel país. La Piedad es mencionada por primera vez en el año de 1298, hacia 1300 se le dio forma plástica a esta imagen, en la que aparece la Virgen con su Hijo muerto en el regazo. (1)
Respetuoso de la tradición iconográfica, el autor de este cuadro ha pintado a la Virgen con túnica roja, velo ocre, manto azul y el puñal en el pecho; sostiene el cuerpo de Cristo que yace sobre unas rocas. La obra presenta innovaciones: María Magdalena que besa la mano izquierda de Cristo y a la Virgen de pie, y no sentada como es habitual. En el extremo inferior derecho se encuentran esparcidos por el suelo algunos instrumentos de la Pasión.
Este lienzo recuerda la escena popular del llanto sobre el cadáver de Cristo, aunque en este caso solamente aparecen su Madre y Magdalena.
Esta obra perteneció al acervo original del Colegio Jesuita de Tepotzotlán.
(1) Manuel Trens, María, iconografía de la Virgen en el arte español, p. 207.