Después de la muerte de santa Mónica, en el puerto de Ostia, se le rindió homenaje y su cadáver fue enterrado en la Iglesia de santa Aurea. Aunque santa Mónica no fue religiosa, es común representarla con el hábito agustino, como en el caso de esta obra. La representación de su velación en el coro de un convento seguramente alude a la posterior fundación de la orden. El artista rodeó el cuerpo de un aura luminosa; además de las monjas, se observan personajes civiles que oran frente al cadáver de la santa.
Este lienzo forma parte de una serie de la vida de esta santa con los números de inventario 10-12435, 10-12436 y 10-12437.
Pieza
Exposición del cuerpo de Santa Mónica
Anónimo
Siglo XVIII
Óleo sobre tela
Alto: 93 cm
Ancho: 51 cm