Pieza
Martirio de Santa Fe, Santa Esperanza y Santa Caridad
Anónimo
Siglo XVIII
Óleo sobre tela


Alto: 86 cm
Ancho: 99.5 cm

Martirio de Santa Fe, Santa Esperanza y Santa Caridad
INAH- Museo Nacional del Virreinato

El nombre de estas tres mártires les fue dado por su madre, santa Sofía, por la gran devoción que profesaba a las tres virtudes teologales. (1) Según la Leyenda Dorada, al conocer el emperador Adriano a las tres hijas de santa Sofía quedó prendado de ellas y las trató de adoptar como hijas. Tanto las madres como las niñas se opusieron. Entonces el emperador las condenó a diferentes tormentos. Cuenta la tradición que santa Fe, la mayor de las tres, fue entregada a treinta y seis soldados, quienes la azotaron y le cercenaron los senos. Como Fe no murió, Adriano mandó fuera colocada sobre una parrilla de hierro incandescente. También salió ilesa de este tormento. Posteriormente fue arrojada a un sartén, lleno de aceite y cera hirvientes; al no fallecer fue decapitada.

Santa Esperanza, por su parte, sufrió tormento en un caldero en que hervían grasa, cera y resina derretidas. Escapó ilesa de ese baño y fue decapitada. Santa Caridad, la más pequeña, fue desmembrada, apaleada y azotada. Por último fue arrojada a un horno encendido del cual, al ser introducido su cuerpo, salieron aparatosas llamas que abrazaron a los idólatras que se apiñaban para ver el espectáculo. La niña salió ilesa del fuego, por lo que Adriano mando degollarla. (2)

Durante la Edad Media, esta leyenda unificó el martirio que sufrieron en el fuego las tres niñas y se les representó dentro del horno protegidas por un ángel de Dios.

En esta obra, en primer término, se observa al emperador Adriano sentado en su trono, rodeado por los soldados, mientras atestigua el martirio. El artista recreó el momento en el que las hermanas abrazan a los infieles, en tanto que un ángel protege a las niñas mártires. Al fondo del gran caldero se idealizó una ciudad romana.

Esta obra es pareja de la pintura con número de inventario 10-113599.

(1) Juan Croisset, Año cristiano..., T. IV, p. 775.

(2) Santiago de la Vorágine, La Leyenda dorada, T.I., pp. 199, 200.

AVISO LEGAL

Los contenidos de este portal pertenecen al Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, pueden ser descargados y compartidos sin modificaciones siempre que se reconozca su autor y sin fines comerciales.

Footer MediatecaINAH

Guardar
Lugares INAH

Idioma