Esta representación combina la versión de los evangelios de san Marcos (XVI, 1-8) y san Juan (XX, 1-18). El primero de ellos refiere el momento en que María Magdalena, María la de Santiago, Salomé descubren el sepulcro vacío de Cristo; en tanto que el de san Juan refiere la aparición de Cristo a María Magdalena.
En esta obra europea se aprecia la conjunción de ambos momentos: Cristo resucitado y tocado con el sombrero peregrino -con que se le representa en escenas posteriores a su resurrección- se aparece a las tres Marías que llevan los envases de perfume para embalsamar el cuerpo de Jesús. Al fondo de la escena exterior se ve la tumba de estilo romano y no la cavada en la roca, a la usanza judía.