Claudio Jayo fue el primer recluta de Pedro Fabro. Nació entre 1500 y 1504 en Mieussy, importante poblado de la Alta Saboya. Estudió en el colegio de la Roche, cerca de Ginebra. Alrededor de 1523 conoció en Faverges al joven Fabro, quien lo convenció de trasladarse a París y continuar sus estudios. Durante su estancia en París consolidó su amistad con Fabro y realizó seria y austeramente los Ejercicios Espirituales bajo la dirección de su amigo, fue así como se unió al grupo de los seis compañeros de san Ignacio. En 1535 obtuvo su licencia en artes y emprendió al curso de teología. Meses después participó en la renovación de votos en Montmartre. Finalmente, en 1558 se ordenó sacerdote y celebró su primera misa en el mencionado pueblo de Faverges. Según relatan sus biógrafos, san Francisco de Sales daba gracias a Dios y se alegraba de que Saboya "hubiera encendido dos faros para el mundo en la Compañía de Jesús, el padre Fabro y el padre Jay". (1) Murió en Viena en el año de 1552; es uno de los cuatro primeros compañeros que murieron antes que san Ignacio Loyola.
Este retrato pertenece a la serie de compañeros de san Ignacio; la cartela en la parte inferior se encuentra ilegible.
(1) André Ravier, Los diez primeros jesuitas, p. 45.