Desempeñó los cargos de orador del apostólico solio, siendo llamado por el Papa "Segundo Dionisio y o primer bajado del Cielo", y obispo de Jaén, obligado por su voto de obediencia. Presentado por Carlos V, emperador de España, para ocupar el obispado de México, debió ser nombrado el primer mitrado de México, pero su humildad le hizo rechazar esta dignidad, murió en su obispado de Jaén, admirado por su elocuencia. (1)
En esta obra se aprecia al fraile ante el monarca español en el momento que se le otorga la mitra del obispado de México; sobre la mesa aparecen dos mitras más y un palio, que recuerdan sus demás nombramientos episcopales. Fray Dionisio aparece haciendo un ademán de renuncia con la mano izquierda, en tanto que de la boca del rey salen las palabras el primero, en alusión a la proposición del obispado. En la esquina inferior izquierda se observa la firma del pintor y la fecha, y al centro, la cartela que describe el suceso.
(1) Jesús Romero Flores, Iconografía colonial, p. 204.