Retrato de monja dominica de medio cuerpo. Viste el hábito propio de la orden: túnica y escapulario blancos, toca del mismo color y velo y capa negros. Del cuello cuelga un rosario de cuentas negras adornado con cuatro medallas en dorado, y en la mano derecha sostiene un libro semiabierto. En el ángulo superior derecho de la pintura aparece el escudo de la orden dominica con la cruz florenzada con una inscripción en la orilla, donde se lee: ORDO VE RI TATIS.
A diferencia de otros retratos de monjas dominicas, en este caso se observan tres borlas sobrepuestas al velo negro. El rosario recuerda la gran tradición mariana instituida por el fundador de la orden dominica, santo Domingo de Guzmán.
Vale la pena resaltar que el pintor anónimo de este retrato ocultó la mano izquierda de la monja entre los pliegues del hábito.