Retrato de una religiosa concepcionista el día de su profesión. Lleva el traje de la orden, túnica blanca y manto azul, así como rostrillo blanco, yugo y velo negros con bordados dorados. Al centro del escudo destaca la imagen de la Virgen de Guadalupe rodeada por la Santísima Trinidad, el arcángel san Gabriel y san Miguel, san Francisco, un santo con aureola y estrellas y un crucifijo en la mano. Lleva en su mano derecha la imagen de bulto del Niño Dios, ricamente ataviado con un traje rojo con bordados, parado en una peana. En la mano derecha porta un ramillete de flores que hace juego con su corona, en la que se aprecia, en la parte central, un corazón donde nuevamente aparece la imagen del Niño Dios, pero esta vez dormido y apoyando su mano derecha en su rostro.