En esta obra se aprecia la figura de san Ignacio de Loyola de rodillas, al centro de la composición. Tiene el rostro hacia lo alto, con expresión de sorpresa, mientras observa las figuras de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Dios Padre y Dios Hijo señalan el anagrama crístico que se encuentra al centro de un círculo azul enmarcado por un resplandor.
Esta escena simboliza la decisión de san Ignacio de llamarle a la orden por él fundada "Compañía de Jesús". Los historiadores jesuitas cuentan que Ignacio tuvo muchas "visitaciones de aquel cuyo nombre tomaron y tantas señales de su aprobación y confirmación de este apellido [...] qué pensaría ir contra Dios y ofenderle si dudase que este nombre convenía". En Vicenza, a fines de 1539, se propusieron Ignacio y sus compañeros decidir el nombre que llevaría la orden, como vieron que su propósito y cabeza era Jesucristo, les pareció correcto tomar su nombre.
Este cuadro, al cual se le asignó el no. 25 dentro de la serie, perteneció originalmente a la Casa Profesa de México y pasó después a formar parte de la colección de los P.P. del oratorio de San Felipe Neri, quienes la cedieron a la Compañía de Jesús. Los jesuitas la donaron el 12 de agosto de 1970 al Museo Nacional del Virreinato.
Obras completas de san Ignacio de Loyola, p. 416.