Al centro de la composición se encuentra la figura de un hombre vestido con un sayal y recostado sobre una estera, de cuya boca sale la inscripción: Ay Jesús, Ay Jesús. Lo asisten dos caballeros vestidos de civiles. A la izquierda del óleo, en una escalinata, se localizan otros tres caballeros que parecen dialogar entre sí; al fondo se aprecian algunos elementos arquitectónicos y, al centro, una gran ventana con una reja. A la derecha de ésta, dos hombres se encuentran de pie. Esta escena nos remite a la historia de la vida de san Ignacio de Loyola cuando, estando en Manresa en 1522, los manresanos fueron testigos de los varios éxtasis que sufrió Iñigo. Un personaje cuenta que en tres ocasiones lo encontró de rodillas "con las manos cruzadas, en oración, de tal manera arrebatado que no notó mi presencia..." Otros dijeron que el padre Ignacio "había tenido santas visiones y éxtasis, cerca del puente viejo", junto a la cruz de Nuestra Señora de la Guía, junto a otra cruz, en el convento de los Predicadores, en el Hospital de Santa Lucía y Nuestra Señora de Viladordis.
Este cuadro, que cuenta con el no. 7 asignado en la serie, perteneció originalmente a la Casa Profesa de México y pasó después a formar parte de la colección de los P.P. del oratorio de San Felipe Neri, quienes la cedieron a la Compañía de Jesús. Los jesuitas la donaron el 12 de agosto de 1970 al Museo Nacional del Virreinato.
Pablo Dudon, San Ignacio de Loyola, p. 74.