En esta obra se aprecia, al centro y de rodillas, la figura de san Ignacio y de tres personajes que visten alba y casulla. Frente a ellos se encuentra sentado junto a un altar un obispo con alba, manípulo, casulla y mitra. A su lado, dos personajes portan la vestimenta de diáconos y otro la de monaguillo. La parte derecha de la obra la ocupa un altar con siete candeleros y sus velas, una cruz y un libro sobre un atril. En esta sección inferior del altar se encuentra una mesa con una jarra, un misal y un paño negro. Al fondo de la obra, en otra escena, aparece san Ignacio con sotana oscura, en actitud de saludar a un grupo de personajes que visten igual que él.
Esta escena nos remite a la historia de la vida de san Ignacio de Loyola cuando, estando en Venecia con sus compañeros de París, alrededor del año 1537, decidió enviarlos a Roma para que se presentaran ante el Papa y solicitaran recibir las sagradas órdenes. El papado accedió, y así, el 24 de junio de 1537, Vicente Negustanti, obispo de Arbe, los ordenó sacerdotes. La pintura describe el momento mismo de la ordenación, con san Ignacio de rodillas, al frente de sus compañeros, y a los pies de Negustanti. La escena del fondo posiblemente haga referencia a la reunión que tuvo san Ignacio en Venecia con sus compañeros de París, para iniciar las obras de misericordia que precedieron la ordenación.
La obra tiene asignado el número 16 dentro de la serie que perteneció originalmente a la Casa Profesa de México y pasó después a formar parte de la colección de los P.P. del oratorio de San Felipe Neri, quienes la cedieron a la Compañía de Jesús. Los jesuitas la donaron el 12 de agosto de 1970 al Museo Nacional del Virreinato.
Pablo Dudon, San Ignacio de Loyola, p. 268-271.