Esta obra presenta dos escenas de la vida de san Estanislao de Kostka divididas por una columna con rocalla. La de la derecha es la representación de Estanislao recostado en una cama, sosteniendo un lienzo con las manos y rodeado por ángeles; uno de ellos le ofrece una hostia sobre un cáliz. En la cabecera de la cama se encuentra una imagen de san José con el Niño, y los pies de ésta, un personaje vestido de color oscuro. En la parte superior de la composición se aprecia, entre nubes, una figura femenina con una custodia en la mano. La escena izquierda presenta también a Estanislao recostado en una cama, al centro de la composición. Frente a él, en un rompimiento de gloria, aparece la Virgen María con el Niño Jesús en brazos. Esta pintura nos remite al momento en que Estanislao vivía en el palacio del príncipe Kimbercker, luterano muy conocido en Viena. Estanislao enfermó gravemente y, convencido de que moriría y el luterano no permitiría que entrara a su casa un sacerdote católico, se encomendó a santa Bárbara rogándole que se apiadara de él. Cierta noche en la que tuvo delirios, se le apareció la santa llevando en las manos una custodia y una palma. Dos ángeles que la acompañaban se acercaron a la cama del enfermo pra administrarle la comunión. No salía aún de su asombro cuando contempló cómo, entre nubes y querubines, apareció también la Virgen María con el Niño Jesús en brazos. La Virgen le habló y le dijo que todavía no había llegado el momento de su muerte, que pronto iba a sanar y que era preciso que lograra ser admitido en la Compañía de Jesús.
Esta obra forma parte de una serie realizada para el antiguo colegio jesuita de Tepotzotlán.
Antonio Toussaint, Escenas de la vida de san Estanislao de Kostka, pp. 15-16.
En la parte inferior derecha de la escena se lee la siguiente inscripción: Estando gravemente enfermo recibe la Sagrada Comunión de manos de los Ángeles.
En la parte inferior de la izquierda: Visítale María Santísima y le manda que entre en la Compañía.
De la boca del santo sale una leyenda: Et vnde hoc mihi, y de la boca de la Virgen: Fili mei Societatem Ingrederem.