San Fandila nació en Cádiz, España, a principios del siglo IX. Estudió en Córdoba y posteriormente entró al monasterio de Tabán. Por su vida ejemplar, los religiosos del monasterio de San Salvador lo solicitaron como sacerdote, siendo elevado o dicha dignidad.
Su celo por difundir la fe hizo que se presentara ante el juez a predicar el Evangelio, y al atacar a Mahoma, el juez lo hizo arrestar inmediatamente dando cuenta del incidente al rey. Como castigo, Fandila fue decapitado y su cuerpo colgado al borde del Guadalquivir, su martirio se realizó hacia el año 852. (1)
El santo viste el hábito y capa negros. En su mano izquierda sostiene la paloma, símbolo del triunfo ante su martirio.
(1) Alban Butler, Vidas de santos, t. II, pp. 538-539.