María Magdalena es el nombre de una mujer que acompañaba a Jesús, y que había sido curada por éste (Lucas VIII, I-3).Magdalena deriva de Magdala, población en la orilla del mar de Galilea, cerca de Tiberíades, (1) y la tradición la relaciona con la pecadora convertida en la casa de Simón el fariseo, que lavara con sus lágrimas, secara con su cabello y ungiera con ungüento los pies de Jesús (Lucas VII, 36-39). En otro pasaje, se narra que María Magdalena estuvo presente en la crucifixión de Jesús junto con María, la madre de Santiago el menor y de José y Salomé (Marcos XV, 40) y, finalmente, al resucitar Jesús se le apareció (Marcos XVI, 9).
La tradición oriental afirma que después de Pentecostés, la santa fue a vivir con la Virgen María y san Juan a Éfeso, donde murió. La tradición francesa afirma que la Magdalena fue con Lázaro y Marta a evangelizar la Provenza y pasó los últimos treinta años de su vida en los Alpes Marítimos, en la caverna de Sainte Baume. (2)
En esta obra, en la parte superior se le observa ataviada con ricos vestidos y objetos que simbolizan su pasado mundano pero con el rostro lloroso en muestra de arrepentimiento; en la parte inferior la vemos cubierta con una piel, el cabello suelto y llevando vida de asceta en la cueva de Sainte Baume.
(1) Alban Butler, Vidas de los santos, t. III, p. 168.
(2) Alban Butler, op. cit., t. III, p. 170.