La información sobre santa Ana procede de los Evangelios apócrifos. Se consigna que fue hija de Isacar, perteneciente a la estirpe de David, y esposa de Joaquín, y que siendo una mujer entrada en años concibió por gracia de Dios, procreando a la Santísima Virgen María (Pseudo Mateo II-IV). Tradicionalmente se le representa en el arte pictórico como una mujer de edad, en la presentación de la Virgen al Templo, el encuentro en la Puerta Dorada así como en la alegoría de los cinco señores. En esta obra viste túnica roja y manto dorado, símbolos del amor divino y la incorruptibilidad; (1) el velo gris que cubre su cabeza indica su condición de casada. De su pecho nace una rama de laurel que alude a la concepción de María. Esta pintura se encuentra actualmente formando parte de la decoración pictórica del retablo mayor de la capilla doméstica del Colegio Jesuita de Tepotzotlán.
(1) George Ferguson, Signos y símbolos en el arte cristiano, p. 148.